Helenio Herrera acuñó la cita de que “al fútbol se juega mejor con 10 que con 11”. Axioma de controversias durante décadas pero recurrente en determinados casos como el de ayer en A Lomba. Donde el Arosa derrotó al Cultural de Areas 2-1 al marcar dos goles en la segunda parte, cuando le tocó jugar en inferioridad por expulsión de Jesu desde el minuto 52. No fue casual ni producto de la épica, como ocurre también algunas ocasiones.
El Areas, que planteó un partido de disputa, juego directo y mucho empuje, tuvo que exponer más en superioridad numérica y despobló su defensa de cinco hombres. El Arosa, que dispone desde pretemporada de un plan orquestado para la ocasión, un 1-4-3-2 con los puntas presionando en campo contrario la salida del balón, encontró los espacios y la soltura que le faltó hasta ese momento para encontrar el camino al gol más de 350 minutos después.
Pero antes de esta película hubo otra en la primera parte. Un bodrio de Serie B. No se jugó a nada. Del Areas se rescata una ocasión clara a balón parado. Lanzó Víctor Besada una falta lateral, dudó Vila y Cuadrado remató en área pequeña, pero Nando salvó en línea de gol. El Arosa dio tímidos avisos también a pelota parada, en las cabezas de Munín y Rivas. Superada la media hora enlazó un par de acciones meritorias. Una de Pillado en saque de esquina de pizarra (repelió el portero de puños). Y otra, la mejor jugada del primer acto, con triangulación entre Álex Freire y Eloy, pase atrás a Nando cuyo remate a la media vuelta no vio puerta.
El segundo tiempo fue otra historia. Empezó con el Arosa realizando su única concesión defensiva de la tarde. Carlos Pereira, apagado y menos fiero que en la ida, remató mal ante Vila y Munín evitó el tanto sin sobresaltos. Tras la expulsión de Jesu, una segunda amarilla igual de clara que evitable, los aficionados de A Lomba reconocieron la mejor versión del Arosa esta temporada, la del inicio de campeonato. Un equipo sólido en defensa, que no hace concesiones, y con muchas armas a la contra y en el balón parado.
El 1-0 llegó en una falta lateral. La provocó Quique Cubas, que al lado de Nando, estaba siendo un quebradero de cabeza para los visitantes. La lanzó con rosca perfecta Pillado y cabeceó Munín para redondear una de sus mejores tardes con la camiseta arlequinada. El 2-0 fue espectacular. También sirvió para poner la guinda a una sobresaliente actuación individual. La de Quique Cubas, que recuperó la garra luego de pasar por el banquillo la semana pasada. El delantero se metió a la grada en el bosillo con su actividad en la presión y los desmarques. Pero le faltaba culminar todo este trabajo. Unas veces por sus malas decisiones al entrar en área, y otras gracias al meta Adrián, que al inicio de la segunda mitad le había ganado la partida en un mano a mano muy claro.
Pero en el minuto 84 Cubas maniobró en medio campo, sorteó con calidad a dos adversarios y con un autopase quebró la zaga endeble y llena ya de agujeros del Areas para plantarse otra vez ante Adrián. Fintó con el cuerpo sin tocar el balón y marcó a puerta vacía. Lo celebró con liberación y se llevó la ovación de tribuna cuando fue sustituido poco después.
El Arosa marcó dos goles en inferioridad, pero pudieron ser más. Si Cubas logró uno de los mejores goles de la temporada en A Lomba, José Ángel dejó ayer para el recuerdo un error en la finalización difícil de olvidar. En un dos contra el portero, con la zaga visitante en huelga incapaz de enjaular a Cubas, Pablo Pillado pasó a Jose Ángel en área pequeña dejándolo a puerta vacía. El marinense, quizá por el irregular estado del piso o víctima de la carrera a campo abierto de 50 metros, golpeó de interior y envió contra el larguero. Un tributo a Cardeñosa o al célebre no gol de Abreu.
En la última jugada del partido, ya en el minuto 93, Víctor Besada hizo el 2-1. Demostró la calidad que atesora con un ajustado disparo fuera del área que entró tras tocar el poste. El Areas se marchó de A Lomba tras dejar una pobre impresión, sobre todo cuando jugó en superioridad numérica. Le faltaron ideas y se vio sorprendido por las del rival, que supo en todo momento lo que hacer. Además se empotró con una zaga que sí fue solvente.
La victoria sirve al Arosa para conciliarse con su gente, llena de dudas tras los últimos resultados adversos y las declaraciones entre semana de la directiva. La crisis queda aparcada.