Los hosteleros de Sanxenxo siguen, en silencio pero con mucha atención, el enfrentamiento entre Catalina González y Pedro Campos, que llevó estos días al titular de la empresa VOR 2008 a hacer movimientos en el puerto para tratar de cumplir el ultimátum planteado por Nauta. La empresa pública planteó a Campos que abandonase el puerto, a ser posible antes de que concluyese el mes de abril, o que aceptase la negociación de un nuevo convenio.
El Team Campos agotó los plazos. Primero sacó sus barcos a navegar. Luego reorganizó el espacio portuario. Y el mismo 30 de abril remitía por burofax su respuesta a Nauta, aceptando negociar.
El enfrentamiento, que muchos hoteleros califican de “personal”, preocupa y mucho en el sector. A pesar de ello el tema no fue tratado abiertamente en ninguna reunión del Consorcio de Empresarios Turísticos. “Aunque extraoficialmente sí abordamos el tema y en más de una ocasión”, reconoce un miembro de la junta directiva del CETS.
Pero posicionarse es difícil para los empresarios turísticos, y más públicamente. Todos coinciden en destacar la importancia que tiene para el turismo que en Sanxenxo se celebren el mayor número posible de eventos deportivos, así como actividades que tengan a los jóvenes como destinatarios.
Consideran que tanto el deporte como los eventos para jóvenes mueven a familias enteras y supone un activo a la hora de hablar de “vender habitaciones”.
“Que Pedro Campos se vaya de Sanxenxo no es lo más adecuado”. Así se expresan aquellos que se muestran comprensivos con la postura del Concello. Y es que una parte importante del sector sostiene que los acuerdos hay que cumplirlos y entienden que la obligación de la alcaldesa es velar por los intereses municipales y lograr el máximo rendimiento para la localidad.
Insisten en que una base como la de Sanxenxo “no le será fácil de encontrar”, por ello, una parte importante de los hoteleros de Sanxenxo instan tanto a la alcaldesa como a Pedro Campos, a dejar a un lado los motivos que les llevaron a este enfrentamiento, y promover una negociación que resulten rentable para ambos y que beneficie a Sanxenxo. “Ni Pedro Campos puede actuar como si el puerto fuese suyo, ni la alcaldesa se puede permitir echarle de esa manera. Ambos tienen que mantener las formas y actuar con sensatez”.