¿Qué esconde el “Mercado dos mouros”? Eso quiere saber el Concello de Valga tras la aparición en esta finca del lugar de Laxes (Cordeiro) de varios restos que hacen sospechar de la posible existencia de un yacimiento arqueológico. Trózos de tégula y de un ánfora salieron a la luz de forma casual. Fue la caída de un árbol lo que propició el hallazgo de estos restos bajo sus raíces. Y ya había precedentes, porque “o comentario xeral entre os veciños era que cando traballaban estas fincas aparecían restos de tella”, indica el alcalde, José María Bello Maneiro, que hace hincapié en la peculiar orografía de la zona, también conocida como “agro de Xaz” y enclavada a unos 60 metros del cauce del Ulla. Existe una elevación del terreno, de aproximadamente un metro y “un muro duns 60 centímetros de longo en paralelo ao río”. De esta estructura salen otros muretes que se introducen tierra adentro.
Estos terrenos son ya propiedad del Concello, que adquirió tres parcelas tras la aparición de los restos y reunió a todos los propietarios para comunicarles la pretensión de realizar catas arqueológicas en el lugar. “Queremos investigar”, confirma el alcalde, “pero hai que agardar a que veña bo tempo”. Además, los trabajos deben ser autorizados por la Dirección Xeral de Patrimonio, organismo ante el que el Ayuntamiento está tramitando ya los permisos necesarios. También le ha solicitado financiación para llevar a cabo el proyecto, al igual que a la Diputación de Pontevedra. El Concello está dipuesto a aportar parte del dinero y e incluso a comprar más terrenos “se seguen aparecendo restos nas parcelas” colindantes.
batalla de fornelos
Son escasos los datos que se conocen sobre el tipo de yacimiento que puede existir en esta zona o la actividad que antaño se habría desarrollado en ella. Ni siquiera está claro a qué se debe el denominación de “Mercado dos mouros” con la que se conoce a estas fincas. Lo que sí apunta Bello Maneiro es que muy cerca de este lugar, en la actual aldea de Forno, se libró en el año 968 la Batalla de Fornelos, durante una incursión vikinga, exponiendo como hipótesis que esta contienda pueda estar relacionada, de algún modo, con los restos hallados en Laxes. Lo sucedido en la batalla de Fornelos, lugar “emplazado sobre el río Louro”, lo relató Manuel Murguía en “La isla de Cortegada”, contando que “ocho mil guerreros” comandados por Gunderedo se lanzaron a la invasión de Compostela y lo hicieron por tierra, siguiendo la orilla del Ulla, para “esquivar el indudable peligro que podían correr en las Torres de Oeste, paso difícil”. El obispo Sisnando organizó un ejército cristiano y trató de frenar a los invasores “mucho antes que llegasen a Cesures”. El encuentro, continúa Murguía, “debió ser cruel y encarnizado” y en el falleció Sisnando (que recibió un flechazo), con lo que los vikingos tuvieron vía libre para ocupar Santiago y adentrarse después “como un torrente por el interior de Galicia”.