Las fiestas de verano de la parroquia de Ribadumia se han colado en la lista de problemas del Arzobispado. La celebración de dos misas, en un sábado de junio y otro de julio, enfrenta a la comisión de fiestas al cura párroco. La cosa se ha tensionado tanto que ha intervenido el vicario y ha dado parte también también a su superior, mientras intenta mediar. A ver qué pasa.