El palista rianxeiro Adrián Mosquera ya está en París, donde este viernes participa en sus segundos Juegos Paralímpicos en la modalidad de paracanoe VL3 200. Hace tres años se convirtió en el primer piragüista gallego en la historia en disputar unos Juegos Paralímpicos.A Tokio llegó con grandes ilusiones al ganar la Copa del Mundo en Szeged (Hungría), pero sólo pudo ser tercero en la final B. El protocolo covid condicionó mucho su puesta a punto y mermó sus opciones, al margen del “jet lag” al que no estaba acostumbrado.
Mosquera espera resarcirse en París, a donde llega con más experiencia y dispuesto a desquitarse.
Cuando tenía 12 años y se dirigía al puerto de Rianxo a entrenar a remo sufrió un atropello. Los médicos tuvieron que amputarle su pierna derecha por encima de la rodilla ante el riesgo de infección. Después de una larga rehabilitación y diferentes problemas que tuvo que sortear, con una prótesis retomó el deporte náutico, esta vez el piragüismo. A las órdenes de su entrenador Luis Ourille, con el que lleva una década trabajando, siempre ha demostrado una gran capacidad competitiva y adaptativa, por ello fue capaz de reciclarse para rendir en canoa y lograr éxitos internacionales que le llevaron a Tokio en el año 2021.
Este ciclo olímpico ha sido muy productivo para el rianxeiro, que fue séptimo en el Mundial y quinto en el Europeo, también en Szeged (Hungría). A París llega con más experiencia, con la lección aprendida de sus primeros Juegos, y con una concienzuda preparación, tanto física como mental.
El pasado mes de julio cumplió 28 años. Está en plenitud de forma y su primer gran es colarse en la final del domingo , a la que aspiran otros once deportistas. Mosquera considera que las medallas van a estar en un tiempo entre los 47 y los 48 segundos y medio. Consciente de que es capaz de remar en 48 segundos, se ve con opciones reales. Al menos lo va a pelear porque en sus últimos test ha ido rebajando sus tiempos.