Un Arosa muy desdibujado perdió en Cantarrana ante el Viveiro 3-1. Una derrota dura por las malas sensaciones que dejó el equipo de Luisito. Perdió el partido, pero también la solidez defensiva. Y apenas generó ocasiones. Estuvo muy lejos de mostrarse como un aspirante al ascenso. Y eso que empezó marcando, en una acción aislada, pero fue superado por un Viveiro que estaba herido e hizo muchas más cosas para llevarse los puntos.
En un terreno de juego pequeño y muy blando, la apuesta visitante en la primera parte fue no cometer pérdidas en campo propio. Fue fútbol directo. “Jugamos al patadón”, decían en el descanso algunos aficionados de Vilagarcía que se desplazaron en autobús hasta la Mariña lucense. El Arosa salió con un 4-4-2, con Sylla y Borja en punta. El delantero de Teo se inventó la acción del 0-1. En una esquina del área en una jugada sin peligro, le apartó el balón a un defensa y este le tocó lo justo para que el árbitro no se lo pensase. El propio Borja Míguez marcó desde los once metros con un disparo a su derecha. Mejor inicio imposible a domicilio. Sobre todo en un campo “ratonera” y ante un rival que venía de perder 6-0.
Pero al Arosa no le duró mucho la ventaja. En una falta lateral a la altura de medio campo, ganó el duelo aéreo Nico Madero para los locales y llegó el oportunista Íker Hurtado para empatar aprovechando el balón sin dueño en el área. Tras cuatro partidos con el cerrojo echado, Manu Táboas veía como se acababa la racha.
De ahí al descanso no hubo nada. El Arosa lanzaba todo en largo y los centrales locales Edgar y Nico Madero ganaban los balones de cabeza, que caían todos a la zona donde los recogía Chistian Ndjom. Ni las primeras ni las segundas jugadas, el Arosa no tenía el balón en campo contrario. El dominio de esas acciones permitió al Viveiro manejar más balón, sobre todo con Fran Rolle y tener más llegadas, aunque no ocasiones claras. A Luisito no le gustaba lo que estaba viendo, por lo que dejó a Borja solo en punta y pasó a Sylla a banda. El Arosa mejoró a nivel defensivo, pero en ataque no hizo nada, con la línea de tres formada por el senegalés, Iñaki y Julio prácticamente desaparecidos. Antes del descanso el propio Julio Rey sufrió un duro golpe en el muslo que le dejó K.O. Aguantó cojo hasta el ecuador pero el “bocadillo” en la zona no le permitía ni moverse. Luisito hizo el cambio obligado de cara a la segunda parte, dando entrada a Fajardo.
El paso por vestuarios pareció sentarle bien a los arlequinados, mientras desde la grada la “Escuadra Arlequinada” no cesaba de animar. El Arosa empezó a combinar más de inicio en la segunda parte, saliendo desde atrás por banda izquierda. Fue así como generó una opción en una prolongación de Borja en la que remató Sylla fuera. Parecía que el mediocampo visitante empezaba a crecer en el partido y a hacerse con el mando, pero todo se fue al traste con el error del 2-1. Perdió el balón en la salida Sandá y Sergio Otero se fue vertical a portería, atravesó muy fácil por el centro de la zaga y batió a Manu Táboas de disparo cruzado.
El gol estimuló al Viveiro. Los locales recobraron vitalidad. Luisito hizo un triple cambio rápido para buscar una reacción. Pero el Arosa ya no era capaz de mover el balón y dominar el partido, además seguían siendo mejores los locales en la disputas y los duelos individuales. Luisito cambió el dibujo, con tres centrales, pero la presencia visitante en área rival seguía sin llegar. Además el campo, ya levantado, favorecía las acciones defensivas y de contra. Era minutos en los que seguían mejor los locales, con el rapídisimo Arona Sané dando un recital en banda derecha. El senegalés formado en la cantera del Atlético de Madrid, que en 2018 debutó con Simeone en Primera División ante el Espanyol, estaba desatado. El Viveiro jugaba con dos marchas más que un Arosa que era un quiero y no puedo.
Tuvieron los visitantes unos minutos en los que consiguieron embotellar a los locales en su área, pero sin generar remates. De hecho el de hoy no solo fue el peor partido defensivo del Arosa en lo que va de liga, sino también el más pobre en cuanto a ocasiones y disparos a puerta. Ya en el tiempo de aumento llegó el 3-1. Perdió el balón en la salida Pacheco, que jugó muy mermado porque se pasó la noche con fiebre, y Sergio Otero aprovechó el regalo para firmar su doblete.
El Viveiro dejó caricaturizado al Arosa, para disgusto de la animosa afición de Vilagarcía desplazada y enfado descomunal del técnico Luisito Míguez, que al final del partido habló de la opción de hacer cambios en la plantilla. Habrá que ver si este partido provocó una catarsis o no. Ahora la liga se toma un descanso, ya que la próxima semana habrá Copa del Rey. Consumido ya más del primer cuarto de liga, el Arosa vuelve a generar dudas, cuatro puntos por detrás del líder Fabril, que empieza a marcar la pauta y se mantiene invicto.
Viveiro-Arosa 2-1 |
Viveiro: Adrián Casillas, Yepes, Carlos González, Nico Madero, Cristiam Ndjom, Arona Sané (Lucas Fanego, min. 89), Fran Rolle (Juan López, min. 89), Arturo Calvo (Gabriel Barroso, min. 75), íker Hurtado (Jerome Eros, min. 89). Arosa: Manu Táboas, Santi Figueroa (Hugo Barcia, min. 66), Pacheco, Martín, Cotilla, Brais Vidal, Sandá (Mario Domínguez, min. 56), Iñaki (Brais Pedreira, min. 56), Sylla (Hugo ,Losada, min. 56), Borja Míguez y Julio Rey (min. 46). Goles: 0-1 Borja Miguez, de penalti (min. 8); 1-1 Íker Hurtado (min. 14); 2-1 Sergio Otero (min. 54); 3-1 Sergio Otero (min. 92). Árbitro: Castro Alarcón (A Coruña). Amarilla a Rolle. Campo; Cantarrana. 250 espectadores |