Adrián Rodríguez (Vigo, 28 años) es el pichichi del grupo 2 de Preferente en las filas del Céltiga. Lleva 16 goles en 19 partidos, con lo que proyecta 28 al final de liga. El año pasado, el primero en su carrera que jugó en Preferente, hizo 19 en el Choco. “Llevo muchos goles, pero es porque el equipo genera y tengo la suerte de ser el delantero, al final me caen a mí pero es cosa de todos”, comenta con humildad.
Su historia no es muy diferente a la de muchos otros jugadores que acaban despuntando en Tercera o Preferente tras formarse en una de las dos grandes canteras de Galicia. Adri destacó de niño en el Arenas vigués, llamando la atención del Celta, que lo fichó en su primer año cadete. En A Madroa quemó etapas y completó su formación.
Pichichi en División de Honor juvenil
En su segundo año juvenil salió cedido al Porriño en División de Honor, categoría en la que jugó con el Celta a la temporada siguiente para ser pichichi y ganar la liga con 21 goles, a los que sumó 5 en Copa del Rey. Formaba parte de la generación del 96 en la que sobresalían Yelco Pino y Fede Varela, y también tenía de compañeros a algunos de la del 97 como Iván Villar, Brais Méndez o Pape Cheikh.
Ese Celta juvenil quedó apeado en la Copa de Campeones contra el Madrid de Borja Mayoral y Reguilón. Al actual pichichi del Céltiga aquella gran temporada le valió un contrato por cuatro años con el filial celeste. La primera se fue cedido al Tudelano en Segunda B, pero apenas jugó y en enero decidió volver a Galicia para hacerlo en Alondras en Tercera con Jacobo Montes y anotar diez goles.
Alejandro Menéndez, Borja Jiménez, Rubén Albés...
Al año siguiente, su segundo sénior, formó parte del recordado “Panda Team”, como acuñaron los propios jugadores del filial celeste tras un año magnífico con Alejandro Menéndez, actual entrenador del Racing de Ferrol. Estuvieron cerca de ascender a Segunda A. El nivel de ese equipo era altísimo y a Adrián Rodríguez le costó gozar de minutos, básicamente porque por delante tenía a un Borja Iglesias colosal, que hizo 34 goles.
En su tercer año en el Celta B, ya con Rubén Albés, Adri lo volvió a intentar, pero esta vez fue la llegada del delantero alemán Dennis Ecker (en la actualidad en el Standard de Lieja) lo que le cerró la puerta de las oportunidades.
En diciembre se fue al Rápido de Bouzas en Segunda B a las órdenes de Borja Jiménez, actual técnico del Leganés. En el Pujales subió su cuota de minutos y el equipo hizo un buen año, rescindiendo con el Celta a final de temporada. Su último año sub 23 lo jugó en O Couto con la UD Ourense en Tercera. Las cosas no le salieron como esperaba, pero a la temporada siguiente en el Choco mejoró y ya anotó 8 goles en 23 partidos. De ahí pasó al Bouzas, realizando dos buenas temporadas con David de Dios, que ya lo había entrenado en los juveniles del Celta.
Delantero resolutivo en Tercera
Asentado como un delantero de Tercera capaz de rozar la decena de goles por temporada, el vigués optó por regresar a Redondela tras los cambios en la directiva en el Baltasar Pujales. En Santa Mariña de vuelta, el año fue nefasto en lo colectivo, culminado con el descenso. Pese a ello decidió quedarse. El Choco, al igual que el Céltiga, acarició el ascenso el año pasado, pero no lo logró. En verano sonó su teléfono. Luis Carro y el directivo Álex Zels, que ya había querido ficharlo años atrás cuando apenas jugaba en el Celta B, lo convencieron.
El finalizador que necesitaba el engranaje rojiblanco
“El Céltiga me había gustado mucho el año anterior, sabía el equipo que iban a formar y me llamaba porque el campo es espectacular”. En A Illa se ha encontrado con una forma de jugar muy ofensiva, que genera muchas ocasiones de gol. Y es ahí donde entra Adri en el papel de finalizador. Los ha marcado de todas las formas: de cabeza, con la derecha, con la izquierda, de penalti, desde cuarenta metros...
El Céltiga atraviesa por su mejor momento de la temporada. Lleva cuatro victorias seguidas, ha ganado siete de sus últimos ocho encuentros y ocupa el primer puesto que otorga el ascenso directo, con dos puntos de ventaja sobre Barco y Beluso. El equipo de Luis Carro es el que menos partidos ha perdido (2) después de 19 jornadas. Además es el que menos goles ha encajado y el que más ha marcado, un total de 46. “Hasta el final no se va a decidir nada. Queremos estar ahí arriba y estamos contentos y disfrutando, pero sabemos que queda mucho y puede variar, aún estamos empezando febrero y el ascenso no se va a decidir hasta el final”.
El estilo de juego que plantea Luis Carro encaja perfectamente en lo que el pichichi asimiló en la cantera del Celta. “Estamos haciendo bien muchas cosas como equipo. Creamos muchísimas ocasiones y en líneas generales concedemos poco. Somos competitivos, siempre dominadores y sabemos que tenemos que tener paciencia cuando los rivales se encierran, aunque no siempre es fácil”.
Nutricionista en el Celta B con Claudio Giráldez
Adrián Rodríguez, que es Técnico Superior en Dietética, ha trabajado como nutricionista del Celta B con Claudio Giráldez. Tras ser padre se montó por su cuenta y lleva futbolistas de todas las categorías. “Desde Segunda División a Preferente”. Consciente de que la nutrición, la preparación física o el descanso son elementos que tienen un papel importante “en las categorías superiores”, cree que estos aspectos “estarán cada vez más presentes también en las categorías amateurs”.
Una plantilla con mucho pasado en A Madroa
El Céltiga es un equipo con mucho talento en su plantilla. Aparte de Adrián Rodríguez hay otros diez jugadores que algún momento de su proceso formativo pasaron por la cantera del RC Celta. Son Manu Táboas, José Rey, Julio Rey, Manu Bugallo, Álex Rodríguez, Giráldez, Pablo Pillado, Álex Fernández, Gregor y Pedro Delgado.
A todos ellos les resulta familiar la idea futbolística que propone Luis Carro, ya que su equipo siempre trata de ser protagonista con balón, llevar la iniciativa y generar ocasiones, por lo que necesita jugadores con una capacidad técnica alta para llevarla a cabo. Curiosamente, el que fue durante los últimos años segundo entrenador de Luis Carro, el vilagarciano Álex Rodríguez, ha recalado esta temporada como entrenador en la cantera celeste, donde trabaja en el juvenil B de liga nacional.