El Silva tenía dos partidos muy importantes ante rivales directos en el plazo de siete días y ha sacado adelante los dos. Tras el sufrido triunfo de la semana pasada ante el Valladares (2-1), ayer venció por 4-0 al Villalonga, en la victoria más cómoda de lo que va de temporada.

Con este resultado, y a falta de que se dispute el resto de la jornada durante el día de hoy, el conjunto coruñés se sitúa décimo con nueve puntos de margen sobre la zona de descenso. Una distancia mayor de la que le separa de la zona de playoffs, lo que da buena muestra de la importancia de estos últimos resultados. 

Iván Sánchez, siempre dado a hacer cambios en su once inicial, debió pensar esta vez que debía tocar lo justo lo que había funcionado días atrás. Por ello, tan solo presentó dos novedades, la de Dani Estramil en el lateral izquierdo y la de Pablo Carro en una de las posiciones de la parcela ofensiva. Esperaban por tanto esta vez su oportunidad en el banquillo Marcos Rodríguez y Raúl Melo.

Una primera parte igualada

Durante el primer tiempo el encuentro se mantuvo igualado hasta que llegó el primer gol, producto de una falta que carece de sentido por parte del conjunto de Alberto Mariano, que hasta ese momento había mostrado cierto peligro al combinado local. Desde entonces, la moral del Villalonga cayó por completo, algo que el entrenador lamenta. Asimismo, durante el primer tiempo, Marcos Blanco tuvo una acción clara ante Bugy que no acabó materializando. Tras el descanso, el conjunto local planteó una defensa cerrada, esperando el error de los de Mariano, situación que les funcionó a la perfección. Durante una contra, los celestes perdieron el balón, que Parafita aprovecharía para recuperar y anotar así el segundo tanto del partido, el que acabaría por desmoralizar a los celestes. “No puede ser que te marquen un gol y eso te saque del partido”, lamenta Mariano. 

Tras el segundo tanto, los visitantes se vuelven a equivocar. En un saque lateral, vuelven a jugar atrás en lugar de salir al ataque, lo que hace que Baldomar acabe materializando el tercer gol. Lo cierto, es que en la segunda mitad al Villalonga no le salían las cosas, además de encontrarse totalmente desmoralizado. “No se estaban atacando en las zonas que se tenían que atacar y el equipo bajó los brazos. Es algo que hay que cambiar porque en el fútbol, que te metan un gol, no es el fin del mundo”, dice Mariano. Por último, un error en la salida de Rodri propició el gol de Carletto en el último minuto del enfrentamiento.