En el vertiginoso mundo digital en el que vivimos, las redes sociales se han convertido en una fuente inagotable de consejos, trucos y recomendaciones que abarcan múltiples ámbitos de nuestras vidas, incluido las finanzas personales. Es fácil encontrarse en redes sociales con contenidos en los que te aconsejan sobre cómo ahorrar: desde técnicas como la organización del dinero en sobres categorizados por usos -ocio, comida y desplazamientos, entre otros- hasta métodos como depositar en una hucha el importe equivalente al día del año en curso (por ejemplo, si es el día 25, se depositan 25 euros) o la popular regla del día semanal sin gastos.
Aunque en apariencia la mayoría de las técnicas que se dan a conocer en las redes sociales puedan resultar atractivas, la verdad es que muchas veces quienes las proponen no son expertos en finanzas personales y, en realidad, persiguen más captar y retener la atención de los lectores que ofrecer consejos prácticos y alcanzables.
Por eso, desde INFOVERITAS, te recomendamos que si quieres ahorrar de verdad utilices reglas tradicionales. Por ejemplo, el método 50/30/20. Esta regla, popularizada en un libro escrito por Elizabeth Warren, sugiere asignar: el 50 % de los ingresos a los gastos necesarios o indispensables (alquiler, comida, transporte…); el 30 % a gastos prescindibles o caprichos; y el 20 % restante al ahorro o la inversión. En este artículo mostramos las claves de ahorro con la regla 50/30/20 y, en caso de que no se ajuste a tu situación financiera personal, te planteamos otras alternativas.
El primer paso es determinar la cantidad de dinero que esos porcentajes representan de acuerdo con tu situación financiera personal. Para ello, multiplica los porcentajes 50 %, 30 % y 20 % por tu ingreso mensual neto. Por ejemplo, si tus ingresos netos son de 2.000 euros al mes, tu objetivo sería asignar todos los meses: 1.000 euros para gastos imprescindibles, 600 euros a caprichos y 400 euros para ahorro.
Para saber en qué punto te encuentras en el momento de empezar a aplicar esta técnica, lo primero es entender en qué estás gastando tu dinero. Para que este ejercicio sea lo más realista posible, los expertos recomiendan analizar los gastos al menos durante dos meses y hacerlo de manera metódica y rigurosa. Una buena ayuda puede ser utilizar, por ejemplo, el libro de cuentas japonés Kakebo, que permite hacer un seguimiento de ingresos y gastos, fijos y variables de manera organizada. De este modo, resultará más fácil establecer las metas financieras y entender mejor nuestros patrones de gasto.
Una vez entendido como gastas tus ingresos, toca clasificarlos en una de estas tres categorías: necesarios, caprichos o ahorro. Es especialmente importante diferenciar los gastos que son realmente indispensables de aquellos que podrías prescindir, aunque no forzosamente te resulte fácil hacerlo. Una entrada de cine, una suscripción a un portal de entretenimiento o esa comida rápida de última hora para evitar cocinar en casa ¿son realmente indispensables? Verás que utilizando la regla 50/30/20 te darás cuenta rápidamente de cuántas de tus necesidades son en realidad caprichos enmascarados.
Cuando hayas clasificados todos tus gastos conviene que sumes todos los importes y veas si estás cumpliendo con la regla “50 % para necesidades, 30 % para caprichos, y 0 % para ahorro”. Si te acercas a esas cantidades, probablemente la regla 50/30/20 se ajuste a tu presupuesto.
Alberto Aza, portavoz de CECA (asociación integrada por CaixaBank, Kutxabank y Cajasur Banco, Abanca, Unicaja, Ibercaja Banco, Caixa Ontinyent, Colonya Pollença y Cecabank), explica: “Ahorrar es una variable macroeconómica fundamental ya que una tasa de ahorro adecuada es un detonante del crecimiento económico. Manteniendo un ahorro saludable, las personas podemos cumplir objetivos, planificar una jubilación y tener un futuro más digno. El ahorro contribuye a que los individuos se puedan realizar mejor”.
Puede darse que actualmente el reparto de tu presupuesto se parezca menos a 50/30/20 y más a 90/10, donde casi todos los ingresos se destinan a gastos necesarios y el resto a un capricho ocasional. Sin embargo, una vez que hayas analizado tus gastos y hayas observado lo que necesitas para vivir, intenta dedicar una parte de tus ingresos a transformar, aunque sea modestamente, los porcentajes y pasar del 90/10 a, al menos, un 85/10/5.
La realidad es que una parte importante del ahorro que puedas generar depende en gran medida de tus ingresos. Puede que la regla del 50/30/20 y sus variantes no se ajusten a tu presupuesto, pero no te preocupes, aquí te ofrecemos otras técnicas innovadoras de ahorro que pueden facilitar la administración de tus gastos.