La intersección de la moda y el arte cobra vida en una innovadora colaboración entre el artista plástico Miguel Caravaca y la marca de moda Pedro Gómez. Se unen a través de la experiencia para crear una colección innovadora, combinable y visualmente sorprendente. Cada pieza está hecha a mano, con una exquisita atención al detalle y por supuesto, la insuperable materia prima característica de la marca.
Esta colaboración representa un momento significativo en el mundo de la moda y el arte. Traspasa los límites de lo que es posible en términos de expresión artística y desafía las fronteras tradicionales que durante tanto tiempo han separado ambas disciplinas.
El concepto se enraíza en conservar el patrón de los chalecos de Pedro Gómez y llevarlo al universo Caravaca, con su imaginario y referencias, en este caso de la ciudad de Madrid. Parches de bandas que hacen un guiño a los ‘punkis’ que llevaban cazadoras repletas de ellos y que Caravaca, se cruzaba cada domingo por el Rastro de Madrid, barrio natal del artista.
En dos de los parches se puede leer ‘Princesa’ y ‘Goya’, la primera haciendo referencia a la calle madrileña donde Pedro Gómez vivió su infancia, y el segundo en alusión tanto a la calle de la capital, como al propio artista.
La Virgen de la Paloma cubre prácticamente toda la parte posterior de la prenda, rindiendo homenaje al colegio donde estudió Miguel en su infancia, La Salle de La Paloma.
En la parte delantera se aprecia un gran clavel, el mismo que llevan los chulapos en sus icónicos chalecos y el famoso retrato de Goya a Carlos III, uno de los personajes más decisivos para la ciudad, así como un parche con la imagen del Cristo de Los Alabarderos, la imagen que saca la Guardia Real de Madrid en Semana Santa.
También, se descubren las iniciales ‘PG’ como homenaje a Pedro Gómez y a una vida dedicada a la marca, expuesta en esta edición exclusiva y limitada.
Los referentes estéticos de Caravaca se conservan. La geometría abstracta, especialmente el informalismo, la inspiración exhaustiva por el uso de las líneas y la importancia del pigmento y la composición.
Como colofón a la colaboración, el artista ha personalizado la caja de cartón donde se entrega la prenda, pintando a mano una versión de su famoso cuadro ‘La Chulapa’. La magia que crea el contraste entre ambas estéticas es lo que convierte esta pieza en un diseño tan exclusivo.