"Anxos no inferno". Así se titula la nueva canción de Maneiro que camina entre la melódica del pop y la fuerza del rock, con la fuerza del gallego y un sonido maduro y contundente, que es fruto de su evolución musical y personal y que ofrece una letra que conecta con las emociones. Este tema se lo dedica a los sanitarios de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Clínico de Santiago de Compostela, a los que llama "lucernas e vagalumes", como muestra de agradecimiento por haberle salvado la vida. Se trata de un trabajo producido por Fran Gude, ribeirense afincado en Madrid, con la participación de Rubén Cores en los arreglos y la guitarra, que también aporrea Fernando Calvo, así como con Manu Rey a la batería, con Pachi Cruz al bajo, Iria Iglesias a los teclados y la boirense Sonia Lebedynski en los coros, junto al propio Maneiro en la voz.
En este single, que pronto estará disponible en la plataformas digitales y que ya se puede escuchar e incluso ver en el videoclip que acaba de publicar en YouTube, sirve también para cerrar un ciclo que arrancó con su anterior álbum discográfico, "Un bonito despertar", en el que trabajó tras superar el accidente cerebrovascular que sufrió en un concierto en directo con Heredeiros da Crus que le hizo abandonar el escenario, de los que también estuvo retirado varios meses, tras pasar una temporada en la referida UCI del CHUS. Fue un periodo tras el cual no ha vuelto a ser el mismo, pues más que nunca valora que "todos temos anxos que miran por nóis no ceo, e aquí, na terra, amigos, familia e nós mesmos podemos ser luz".
Maneiro habla del personal sanitario que, cuando él se encontraba en el "máis escuro inferno da consciencia", estuvieron a los pies de su cama "para non deixarme durmir o sono no que a vida pasa por diante en segundos e na que hai anxos coidando de ti". Se trata de un viaje musical en el que cada palabra o expresión que sale de su boca y cada nota de los instrumentos de su banda invitan a recordar que, incluso en los peores momentos de la vida, siempre hay una luz al final del túnel y nunca faltan esos "anxos" en el cielo y en el infierno que no dejan proporcioanr los cuidados que se precisan.
De igual modo, Maneiro, que empieza la canción hablando de "corvos no ceo bailando", "serpes asubiando","cans ouvean", "as campás tocan paso dobre" y choronas queren cobrart", como signos de que la muerte le acechaba, pero que frente a ello"no teu sorriso hai unha luciérnaga" o "no teu sorriso hai anxos coidando de min no inferno". Y suena con fuerza la expresión "Deste alento con tido, deste muiño do vento, a forza do río morre ás portas do océano. A saúde da mente asomaba lenta, a virtudealuimea e o vagalume nesta vida intermitente. Anois coidando de min no ionferno", para concluir con "non podo quedarme a durmir"·.
Por otro lado, en sus manifestaciones, que aparecen reflejadas en este último trabajo, Maneiro refiere que su abuela no le dejó entrar en el cielo y que en la tierra fue su madre, Dolores "A Necha", la que no le dejó ir. "Un xa non volve ser o mesmo despois dunha experiencia así. Así que só me queda agradecer estar vivo. De facer o ben, amar con consciencia e ser anxos para outras persoas. Ser luz no camiño das penas, que infernos sobran en vida axena”, concluyó.