La Fiscalía pide un total de ocho años y tres meses de cárcel para dos boirenses como coautores de los delitos continuados de estafa, falsedad en documento mercantil y la fabricación, almacenamiento y comercialización de productos sanitarios con riesgo potencial para la salud de las personas o, como alternativa, a cinco años y seis meses de prisión por un delito continuado por alterar un documento público y por falsedad específica para la fabricación de productos sanitarios. Asimismo, requieren una indemnización a favor de la empresa dedicada al suministro a farmacias y hospitales por daños y perjuicios, así como sendas multas de 10 y 11 meses con una cuota diaria de 10 euros y la inhabilitación especial para la profesión u oficio durante dos años y medio, relacionados con la elaboración, distribución o comercialización de productos sanitarios.
Según relata el Ministerio Fiscal, los acusados idearon un plan de fabricación, venta y distribución de falso gel hidroalcohólico con un alto contenido de aguardiente, de forma que el supuesto desinfectante únicamente alcanzaba un porcentaje de un 25 % de alcohol, en lugar del 70 % que debería contener. Para ello, uno de los implicados se puso en contacto con una empresa de distribución de productos sanitarios, presentándose como químico con amplia experiencia haciéndose pasar por propietario de una empresa que carecía de actividad desde 2010. Este se dedicó a la fabricación y elaboración del producto, así como de la falsificación de los documentos (fichas de seguridad, etiquetas y facturas), ya que carecía de autorizaciones oportunas de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para fabricar el producto. Por su parte, su socio se encargó a la parte más comercial.
Los acusados elaboraban los geles desde un laboratorio clandestino en una nave avícola de Triñáns, que “no disponía de medios adecuados de producción, análisis y control para determinar la naturaleza y composición de la materias primas y de los productos terminados”. De hecho, según señala la Fiscalía, la nave ya había sido inspeccionada en 2015 por el Seprona.
En las actuaciones policiales de investigación se intervinieron en total unos 6.000 litros del producto, tanto en la nave como en las bases de las empresas de transporte o los usuarios que adquirieron el producto. En este sentido, la Fiscalía subraya que ambos acusados “tenían perfecto conocimiento de que, en la mayoría de los casos, el destino final del producto era el sector sanitario (hospitales y farmacias fundamentalmente)”. Así, para conseguir su venta y aparentar que el producto reunía todos los requisitos legales, “los acusados elaboraron las fichas técnicas y de seguridad”, en las que figuraba que contenía un 70 % de composición de alcohol (etanol”, pese a que llevaba en realidad entre el 20 y el 24 %. Como alternativa, utilizaban para la fabricación del gel aguardiente (metanol), que supone un “riesgo potencial para los usuarios”, debido “a la mayor peligrosidad del metanol en contacto con la piel”. Algo comprobado en “todas las muestras” enviadas al Servicio de Química del Instituto Nacional de Toxicología.
En la misma línea, los acusados habrían falseado las facturas para “seguir aparentando la fiabilidad, autenticidad y legalidad de los productos vendidos” que fueron cargadas a la distribuidora del producto por un valor de más de 17.000 euros. Sin embargo, ante las quejas de algunos de los usuarios, la empresa decidió retirarse de la operación y fueron los propios acusados los que realizaron ventas a compradores particulares a pequeña escala. De hecho, uno de los acusados rompió el precinto policial de la nave para apoderarse de los envases fabricados que contenían dicho gel para venderlos a distintos establecimientos.
El juicio arrancará este martes, a las 21:30 horas, en la sección sexta, de la Audiencia Provincial de A Coruña, en la sede de Santiago de Compostela.