La asociación benéfico social Callejeros Barbanza acaba de dar a conocer la gran preocupación e incertidumbre que se ha desatado entre numerosos vecinos del entorno del instituto de Espiñeira, en Boiro, y usuarios del parking disuasorio existente en la parte posterior de dicho centro educativo, así como por parte de otras personas que pasan con frecuencia por ese lugar, ante la presencia de una jaula trampa de grandes dimensiones en ese entorno. Desde dicho colectivo apuntan que, aunque los avisos sobre la existencia de ese artilugio en ese espacio son reciente, el hecho de que hayan crecido hierbas en su interior “evidencia que podería levar alí varias semanas”, manifestó Juan Manuel Blanco, presidente de dicha entidad que, entre otras, tiene la función de protectora de animales.
Blanco manifestó que fueron bastantes particulares los que se pusieron en contacto con ellos para alertar de esa situación, expresándoles su extrañeza por el hecho de que esa estructura prohibida pudiera haberse instalado en ese sitio. Además, agregó que desde su entidad desconocen en absoluto la razón por la que alguien instaló una jaula trampa allí, precisando que está amarrada a un cierre metálico con una cadena y un candado, por lo que entiende que fue colocada de manera intencionada. De todas maneras, el responsable de Callejeros Barbanza insistió en que se trata de un artilugio ilegal.
Desde Callejeros Barbanza, que opera en la localidad boirense, insisten en que no tienen constancia del motivo por el que alguien ha colocado esa estructura metálica en dicho espacio, pero Blanco detalló que les han informado de que cuando se utilizan este tipo o cualquier otro de jaulas trampa la legislación vigente establece que tienen que están supervisadas en todo momento por alguien, agregando además el hecho que de “non ten porta algunha e podería entrar ou caer nela calquera exemplar de fauna salvaje que se mova pola zona e logo teña dificultades para poder saír da mesma”, puntualizó. l