Después de que el 15 de abril de 2021 se pudieron extraer en unos bajos del litoral de Corrubedo un cañón y una culebrina de bronce del finales del siglo XVI -un tercero fue recuperado días de ser expoliado, unos hechos por los que se investigó a siete personas, hoy se pudieron recuperar otros dos cañones antipersonal de borda, también conocidos como esmeriles, o coloquialmente como “matacapitanes”, de 140 centímetros de largo y unos 60 kilos de peso, y tres servidores de alcuza o cargadores, todos ellos de bronce, pero aparentemente ninguno de ellos presentaba marcas para poder identificarlos. Aún así, los participantes en este operativo consideran que, hipotéticamente, al igual que ya sucedió hace unos 21 meses con los tres cañones anteriores, por encontrarse en la misma zona, pertenecen al mismo pecio de la armada de Martín Padilla, que perdió 25 barcos en un temporal entre Corrubedo y algo más arriba de Fisterra y que se estrellaron en la costa gallega, según recordó Miguel San Claudio, arqueólogo de la Xunta, que participó en el dispositivo de recuperación de esas piezas.
Este fue el resultado de una ardua y prolongada tarea que se inició un año después del primer hallazgo referido, cuando tres jóvenes -Nicandro, Sergio y Paula- que extraían erizo de mar en una zona vieron varias piezas de bronce, las señalizaron y avisaron al servicio de Patrimonio Arqueolóxico de la Xunta, que lo puso en conocimiento de la Unidad de Acción Marítima de La Armada en Ferrol, que tiene las competencias en materia de vigilancia y protección del patrimonio arqueológico sumergible. Entonces se puso en marcha una ardua y prolongada labor que incluyó la realización de inmersiones en varios días y la localización de las piezas, que permitieron la obtención de los pertinentes permisos. Hoy se procedió por parte de 8 buceadores de La Armada, a bordo de la lancha “Cormorán”, y otra media decena de la Policía Autonómica, en coordinación con la Dirección Xeral de Patrimonio Arqueolóxico, y la colaboración de la unidad operativa del Servizo de Gardacostas en Ribeira, a la extracción de los cañones y cargadores, que fueron transportados a la sede ferrolana de La Armada. Desde la ciudad departamental serán llevadas al Museo do Mar de Galicia, en Vigo, para someterlos al tratamiento para su conservación, como se hizo hace un par de años con las otras, a la espera de que se decida su destino.