Con la temporada invernal echada encima, son frecuentes los catarros y otros problemas de salud relacionados con la garganta, como amigdalitis. De unos años a esta parte son cada vez más las personas llegadas de todo O Barbanza y su entorno que acuden cada 3 de febrero a San Isidoro de Posmarcos a pedir la intercesión de San Blas. En la jornada grande de la festividad se celebró a partir de las siete de la tarde en la iglesia parroquial una misa cantada por el Coro Soto Voce, que dirige Germán Fernández, y que estuvo oficiada por Marcelino Sánchez.
A continuación, los asistentes salieron portando la imagen del santo venerado en procesión por alrededor del templo, para luego regresar a su interior, donde el cura procedió a la bendición de 600 panecillos artesanales, con que la parroquia obsequió a los fieles, y los que llevó la gente de sus casas. Luego bendijo los cordones de algodón de colores, que los asistentes colgaron de sus cuellos y tras 9 días deberán quemarlos para protegerse de afecciones de garganta. Y remató con la unción de las gargantas con aceite de oliva bendecido para reforzar la petición de protección frente a esas enfermedades.
La celebración había empezado el sábado con un serán tradicional que se prolongó de las 21.00 a 4.00 horas, con la participación de Mar de Cabo, Nunca é Tarde, O Caraveiros, Os da Boina, Arrancadeira, As Garridiñas, Barlovento y Os Pequenos do Barbansa, del que un integrante, Iván Martínez, elaboró una queimada, para la que leyó el conjuro Sánchez Somoza, quien tuvo un recuerdo especial para el gaitero José Enrique García Lojo, de Teaño, fallecido el 28 de diciembre al volcar su tractor en Runs.