La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a un hombre, por su propia conformidad, a una pena de dos años de prisión por la comisión de un delito de homicidio en grado de tentativa, tras haber acuchillado a otro varón a la salida de un bar de Meis.

La sala impone también al acusado la pena accesoria de cinco años de prohibición de aproximación a menos de 250 metros de la víctima y a otros tantos de incomunicación con ella. En cualquier caso, se ha acordado suspender la ejecución de la pena de dos años de cárcel, por lo que el condenado se librará del ingreso en el centro penitenciario, eso sí, siempre que durante esos dos años no delinca. La sentencia es firme y también impone las costas a esta parte.

En 2018

Los hechos considerados probados se remontan al verano de 2018. El fallo señala que sobre las 21:15 horas del 16 de septiembre de ese año, el acusado acudió a una cafetería de Paradela en Meis, “con la intención de acabar con la vida” de la víctima. Consta que ambos hombres habían discutido previamente, el 12 de agosto de aquel mismo año, dado que el varón que resultó herido había salido en defensa de una clienta del mismo bar que, a su vez, discutía con el acusado porque “este le había dado un golpe al vehículo de la camarera”.

Relatan los hechos probados en la sentencia que, “en ejecución de su plan de venganza, y siempre movido por el propósito de dar muerte” a la víctima, esperó a esta persona a la salida del bar, “provisto de un cuchillo”, “con la intención de apuñalarlo”.

El hombre que estaba dentro del bar fue advertido por la camarera de que el acusado se encontraba en el exterior, aconsejándole que no saliese. Con todo, a pesar de la advertencia, el hombre decidió salir y, cuando se dirigía hacia el exterior de la terraza, “el acusado le preguntó por su nombre y le propinó una puñalada en el pecho”, al tiempo que le decía “xa morreches, fillo de puta”. La víctima llegó a utilizar una silla de la terraza para defenderse, pero la puñalada le ocasionó una herida de siete centímetros en el tórax. Se trató, según reza la sentencia, de una lesión “potencialmente letal”, al “afectar a órganos vitales” y siendo, por tanto, “objetivamente necesario para su sanidad de tratamiento médico quirúrgico”, que también incluyó una transfusión de sangre, “ante la magnitud de la hemorragia”.

La víctima, entonces de 43 años, fue atendida inicialmente en el Punto de Atención Continuada (PAC) de Vilagarcía, siendo posteriormente derivada al Hospital do Salnés y, de allí, trasladada en UVI móvil a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico de Santiago.