El alcalde de Cambados y la concejala de Servizos Sociais, Regina Núñez, le entregaron ayer en mano a la conselleira de Política Socia, Fabiola García, una carta pidiéndole por enésima vez una reunión para encontrar una solución conjunta por el cierre del asilo de ancianos. Lo hicieron aprovechando la asistencia de todos a un acto institucional sobre los CIM dirigido a los concellos. Samuel Lago también lo hizo verbalmente y “non me contestou, pero espero que a lea e poidamos manter esa reunión imprescindible para desatascar este problema e atopar unha solución para os maiores de Cambados e da comarca, se non é así, seguiremos coas nosas medidas de presión”, advirtió. 

Y es que tras un año persiguiendo un encuentro al que la Xunta nunca dio fecha por motivos de agenda, según le ha explicado en más de una ocasión, el día que se conoció el cierre, advirtió que se presentarán en todos sus actos públicos.

La misiva es similar a anteriores y mantiene un tono conciliador porque se muestra  “seguro” de que su departamento “comparte a nosa preocupación polo coidado dos máis necesitados e a protección do noso valioso patrimonio cultural”, así que le vuelve a pedir que compre el también Pazo de Montesacro, “non existindo alternativa no municipio e na comarca”, le recuerda. De hecho, en caso contrario, le vuelve a plantear su opción de que construya una residencia pública para O Salnés e insiste en su ofrecimiento de que el Concello aportaría los terrenos necesarios. 

Con todo, el alcalde dice que espera “traballar xuntos para atopar unha solución que permita mantener o asilo” y pone a su disposición su “estreita colaboración” y “todos os recursos ao noso alcance”. Asimismo el socialista vuelve a defender la decisión del Ayuntamiento de no comprarlo por su cuenta: “Non dispón de capacidade económica suficiente nin competencial para asumir o seu funcionamento” . Cabe recordar que esta era la propuesta del PP de Cambados y que luego negociara con la Xunta la forma de gestión. La opción se exploró en un principio, pero Lago no quiso dar este paso porque el silencio autonómico podía dejarlos solos en una operación de cuatro millones de euros, más los tres que precisa de inversión.

En la misiva, Lago también muestra su preocupación por los 53 residentes a realojar y las casi 30 empleadas que serán despedidas.

Por otra parte, el BNG explicará hoy sus medidas para evitar el cierre. La charla será a las 16:30 en el Bar Alameda.