El Pleno de Ribadumia de esta semana dejó patente nuevos desencuentros entre el gobierno local y Somos. El concejal de esta formación, Sergio Soutelo, llegó a levantarse y ausentarse momentáneamente de la sesión, molesto al considerar que le fue negado un turno de palabra. El cierre de la sesión fue también criticado por él, por dejarlo con la palabra en la boca.
El primer encontronazo dialéctico fue durante la defensa de una moción de Somos. Soutelo reprochó al alcalde, David Castro, el orden dado a las intervenciones, a lo que el regidor terció recordando que es él, como alcalde, quien tiene la facultad de ordenar el debate y dar los turnos. El edil opositor argumentó que durante el resto de la sesión se había seguido un orden de palabra determinado que ahora se rompía y que, además, consideraba que él debería cerrar este punto, al haber sido quien lo defendía.
El alcalde concedió entonces, “tes un minuto para pechalo”, a lo que Soutelo replicó que “non, nunca hai tempo”. Ante eso, Castro respondió ya ordenando la votación, sin darle ese turno breve al concejal. “Non podes votalo”, recriminó Soutelo, que, en vista de que los ediles ya votaban, se levantó y abandonó el salón.
Regresó a los pocos minutos. Y el siguiente encontronazo se produjo ya al final, en los ruegos y preguntas. Castro dio el turno a Soutelo y este comenzó a mostrar fotografías de lavaderos, una tras otra. Castro le pidió entonces concreción: “A ver, Sergio. Fas a pregunta”. El concejal de Somos la articuló entonces: “O Concello de Ribadumia coida así do noso patrimonio?”. Al proseguir su intervención, el primer edil volvió a exigirle concreción: “Un rogo, ou unha pregunta. Se es concreto, perfecto. E, se non, termínase, remátase o Pleno”. “A pregunta ten que ser xa”. “Xa fixen preguntas”, defendió Soutelo. “Pois entón, damos por rematado. Levántase a sesión”, pronunció Castro mientras el edil opositor todavía estaba interviniendo.
Somos emitió ayer un comunicado en el que califican lo ocurrido como “unha estratexia de covardía e abuso de poder” para “impedir” intervenir a su concejal. “Castro pretende bloquear a voz da veciñanza e que non fagamos públicos os desastres da súa xestión”.
Por lo demás, la sesión dio aprobación a la nueva ordenanza de gestión de biomasa y limpieza de fincas. También tumbó una moción del BNG contra Altri. El Bloque planteaba que el Concello instase a la Xunta a denegar el proyecto. El gobierno local propuso una enmienda, instar a que las administraciones fuesen “escrupulosas” en el cumplimiento legal y ambiental, estimando que no procedía que el Concello pidiese abiertamente una negativa. El BNG no aceptó el cambio y el gobierno tumbó el texto.