As Saíñas cumplieron ayer diez años de una segunda etapa que tiene su inicio en 2014, cuando un par de vecinas de Castrelo dieron el primer paso para resucitar esta asociación de Mulleres Rurais que, como otras muchas a lo largo del país, habían nacido para darles voz, para romper con las diferencias respecto a los entornos urbanos y caminar hacia su progreso económico, social y vital, al fin y al cabo, pero que no atravesaban su mejor momento. Habían pasado 40 años, hubo alguna conquista y el modelo de vida ya no era el mismo y, de hecho, “algunha crítica recibimos por iso de manter o de mulleres rurais, pero era algo moi arraigado e ademais é unha figura legal que nos dá vantaxes”, explica su presidenta, Leonor Muñiz. Pero también porque seguía la senda iniciada por sus madres –mantienen intacta su intención– y porque en ellas también hay mucho de eso de hacer pueblo.
Cuenta Muñiz que la suya propia le insistía en reactivar la asociación que incluso estaba dada de baja en todos los registros: “Había unha nostalxia sobre todo entre as veciñas máis maiores para que volvera, sobre todo porque botaban de menos ter un espazo para socializar”. Ella misma había sido socia durante la adolescencia, pero las de su quinta lo veían como algo de mayores, de lo que se enteraban por carteles en postes telefónicos y tablones de anuncios. Pero eso ya forma parte del pasado, hoy las comunicaciones se hacen por wasap y es algo revitalizado, “xa non existe ese abismo da idade, temos socias de 18 anos e outras que superan os 80 e compartimos actividades coma se nada”.
Este es uno de los triunfos de As Saíñas, que se ha convertido en la asociación más activa y con mayor número de miembros de Cambados. Actualmente se aproxima a las 300 socias y cada año cubre las bajas y crece, hasta el punto de que Muñiz calcula que en esta década han pasado por ella 500 mujeres. Ellas mismas se sorprenden, “quen nolo ía dicir”. Aunque las ganas fueron palpables desde la primera reunión convocada por ella y su cuñada, la vicepresidenta, Elena Ínsua, para testar si había interés. Asistieron unas 40 personas y no faltaron voluntarias para completar la directiva exigida por ley de seis miembros. Eva Fernández (secretaria), Vanesa López (tesorera), Yolanda Prado y Carmela Otero (vocales) levantaron la mano, y hasta hoy.
El equipo se mantiene intacto, nunca se presentó otra candidatura a las elecciones convocadas en estos años, seguramente porque “todo se fai con consenso e sempre escoitando e preguntando ás socias”. Pero además, todas sus componentes son muy activas y dispuestas en los quehaceres menos gratos, e incluso compartiendo sus propios conocimientos para dar vida a nuevos talleres, aunque generalmente se contratan profesores como Nuria, que lleva con ellas desde el principio.
Preparan algo especial para conmemorar esta fecha tan señalada: “Poder facelo sería un novo soño cumprido”, desvela su presidenta, Leonor Muñiz, por el momento
Así se perfila un programa anual cargado de iniciativas, desde excursiones hasta cursos y formaciones de todo tipo (gimnasia de mantenimiento, pilates, lenguaje de signos, huerta ecológica, informática, costura, cocina, pintura, etc.) y charlas (salud, primeros auxilios...). Y si algo empieza a aburrir, “dámoslle unha volta”.
La presidenta reconoce que algunas parece que perpetúan un modelo que no quieren representar y “non é a primeira vez que nos piden cousas que aínda hoxe parecen só destinadas aos homes, como algo de mecánica, pero tamén é certo que están entre as máis demandadas”.
Con todo, su oferta es tan atractiva que incluso acuden hombres: “Non lle podemos dar carné de socio, porque os estatutos de Mulleres Rurais só permiten mulleres, pero non somos excluíntes e poden asistir previo pago”, destaca la cambadesa.
Todo se desarrolla en la antigua unitaria de A Valada, que el Concello les cedió como sede en 2017, marcando un “antes e un despois” porque tenían que compartir la casa de cultura con el resto de asociaciones de Castrelo y aunque reina el comadreo, no era lo más cómodo. Ahora han tenido que volver porque el Obradoiro de Emprego les está reformando la zona de cocina y esperan que una vez esté terminada pueda acoger un acto especial por su décimo aniversario. “Será algo cultural, moi bonito e de homenaxe a todas as socias. Poder facelo sería un novo soño cumprido”, explica la presidenta misteriosamente, sin querer avanzar nada hasta tenerlo bien atado.
Más cerca está su celebración del 8 de Marzo o la enorme cesta por el Día da Nai, valorada en miles de euros y que inspiró a la asociación Aires Novos para la suya de Navidad, porque en esta parroquia todos son bien avenidos y todos colaboran con todos en las grandes iniciativas donde nunca sobran manos.
Y en abril llegará un nueva edición de su Andaina Solidaria, porque la faceta social está muy presente. La primera surgió en 2015 para ayudar a la asociación GaliciAME presidida por su compañera Merchi Álvarez y le siguieron la Fundación Josep Carreras, la AECC, Andrea... Siempre a una buena causa y desde hace tiempo sin personalizar en afectados, pues “levamos un golpe moi duro coa morte de Martín e Pili, parecía que chamabamos ao gafe, así que decidimos que nunca máis”, explica la presidenta, pues ambos vecinos fallecieron en torno a las fechas de la cita.
Cada edición ha contado con un famoso como padrino y esto se ha convertido en un reto: “Non vexas que presión se non conseguimos a alguén para a seguinte” dice la directiva, quien ha logrado hasta un premio Goya a base de “botarlle un pouco de morro” y tirar de contactos de debajo de las piedras.
En el caso de Eva Iglesias, llenaron un autobús para asistir a su programa, el Land Rober-Tunai Show, y cuando acabó “estivemos esperando a que saira dos camerinos. Foi unha pequena encerrona aínda que xa lle comentaramos o tema a unha amiga súa”.
La lista la han completado Luis Zahera, Carlos Blanco, Isabel Blanco y la Fundación Celta de Vigo, a la que Muñiz llegó a pedir la presencia de Iago Aspas. “Dixéronme se estaba loca –ri–, pero portáronse igualmente ben. Enviaron a dous internacionais, a Emre Mor e a Pione Sisto, e foi unha loucura, apareceron 1.500 persoas”, recuerda.
Y es que la directiva de As Saíñas siempre anda muy viva ante cada oportunidad que se le presenta, buscando la colaboración de asociaciones e instituciones de todo tipo. Además, con una cuota de 12 euros al año, hay que andar fina en la petición de subvenciones, aunque tengan una importante del Concello de Cambados.
Y así han llegado a la década, con la ilusión de que sea la primera de muchas más.