El Concello de Cambados abrió ayer una espita que, como ya ha sucedido en otras partes de Galicia, seguramente prenderá en otros ayuntamientos de la comarca. Es por el cobro de un nuevo canon por la gestión de las depuradoras de aguas residuales que antes no pagaban. En su caso, la Xunta le ha liquidado un cuatrimestre por 48.000 euros, así que calcula un pago de 150.000 euros al año que le parece “inxusto, abusivo, arbitrario e difícil de asumir por parte de pequenos concellos como o de Cambados”, señaló su alcalde, Samuel Lago.
El regidor relató que ayer mantuvo una reunión con la directora de Augas de Galicia, Teresa Gutiérrez, donde le pidió la retirada de esta tasa, que nace de la nueva ley del ciclo integral del agua que entró en vigor el pasado año. Sin embargo, “di que ou pagamos, ou asumimos nós o custe da xestión da EDAR” de Tragove, expuso, visiblemente molesto.
Lago solo ve pegas a este canon y recuerda que la Xunta “xa está cobrando unha taxa de depuración no recibo dos usuarios” y cree que “por non incrementar o importe, deriva a nova taxa aos concellos para que sexamos nós os que fagamos o papel de malos repercutindo o custe na veciñanza”, pues, ya advierte, que no ve otra solución. Y es que avanzó que, “obviamente, ningún concello pequeno pode asumir os 150.000 euros” anuales que, calcula, le supondrá, tras extrapolar los 48.000 euros que les han pasado por el último cuatrimestre de 2022.
Pero además, le parece arbitraria, “xa que non son cálculos reais da cantidade aportada por cada concello, se non que establece unha estimación, de xeito que tampouco se valora o esforzo realizado por aqueles, como no caso de Cambados, que impulsan a creación de redes separativas nas obras municipais”, dijo en relación a recientes proyectos como los de Fefiñáns, Sevilla y otras calles donde, aprovechando el lavado de cara, se han separado pluviales y fecales; algo que todas las administraciones definen como capital para el buen funcionamiento de las EDAR y, de hecho, la Xunta tiene previsto un proyecto millonario para hacer más en el centro urbano cambadés. Además, el alcalde asegura y critica que no hay compensación en forma de deducción si un mes no se supera el límite del aporte de aguas a la depuradora.
En la misma situación se encontrarán otros concellos de la comarca en los que la Xunta gestiona desde años las depuradoras, como Vilanova, Meaño o Ribadumia, sin embargo, el socialista es el único que, por el momento, ha mostrado su rechazo públicamente.
Para Samuel Lago la reunión fue “pouco satisfactoria”, pues también solicitó de Augas de Galicia “maior colaboración” en obras fuera del alcance inversor del Concello, como la separativa de la carretera de Castrelo, la PO-550, que quedó fuera del proyecto mencionado anteriormente “por falta de orzamento”. Sin embargo, “de novo, recibín a negativa como resposta: Que non hai cofinanciación posible e que foramos convertendo a separativa aos poucos, pero isto non serve de nada”, añadió.