La Asociación O Castro de Baión ha creado un concurso escolar de relato corto en gallego en homenaje a uno de sus vecinos más queridos y quien fuera cronista oficial de Vilanova de Arousa, Xosé Lois Vila Fariña, fallecido en 2018. Pero además, algunos de sus miembros mostraron ayer su deseo de que llegue el día en que “reciba algún mérito” más allá de las fronteras de su pueblo natal, fijándose sobre todo en las Letras Galegas. 

Consideran que tiene más que merecida esta elevada distinción. Por su personalidad “diferente”, esa constante sed de aprender e investigar, y porque “posee unha produción o suficientemente extensa e non só recopilatoria, tamén ten produción literaria, merecedora de ser vista e analizada. Ogallá viva para velo, para ver un achegamento da cultura galega a súa obra”, expuso Alicia Porto, uno de los puntales de esta entidad. En concreto, señalan la existencia de una treintena de obras propias, incluyendo piezas de teatro, así como trabajos conjuntos y colaboraciones.

El día 3 de enero se cumplirá un lustro de su muerte y desde la asociación consideran que “as mellores flores” para él, para recordarlo ese día, serán la creación de este certamen escolar, al que pueden concurrir todos los estudiantes de ESO de los centros de O Salnés. De hecho, en próximos días, se les enviarán las bases. El concurso entregará tres premios individuales a los mejores relatos. Todos recibirán un diploma y un lote de libros y el primero tendrá además una tablet digital. También habrá una colección de libros para sus colegios. La entrega se hará el día 25 de noviembre y el plazo de presentación de trabajos termina  el día 18.

“A historia da xente”

Fátima Rey explicó que la iniciativa es “unha homenaxe pendente” a Vila Fariña, que tanta huella dejó en Vilanova. Alicia Porto explicó que muchos lo conocieron como profesor de clases particulares, pero se recuerda especialmente por su labor como cronista y autor de varios libros sobre la historia de Baión y de otros lugares aledaños, como O Sixto, András o Rubiáns “recopilando a súa historia que, ao final, é a historia das súas xentes”. 

Todo vino porque “era unha desas persoas cunha avidez enorme por saber e entender e a pesar de ter uns recursos moi limitados, sempre buscaba a maneira”. De hecho, “tolearía cos medios que hai agora”, añadió otra socia, María Piñeiro. Ambas, junto a su hermana, Mónica González, al borde de las lágrimas, recordaron como “fixo unha investigación sobre a orixe galega de Colón da que agora tanto se fala e que plasmou nun libro”, así como otros méritos, destacando la revista “O noso pobo”, cuyo primer número salió en los 80. “Incluso mandáballa a veciños que estaban no estranxeiro e que querían saber o que pasaba no seu pobo. Era como o noso wasap daquela e aínda recordo como ía facéndoa folla a folla”, rememoró Porto. Y así, nada menos que varios cientos de ejemplares. 

Con todos los que podían caber en su mochila, más una manzana y agua, y con su cámara colgando del cuello, así lo recuerdan muchos, vendiendo puerta a puerta su creación. “Sempre esperabas ver a Luis aparecendo polo horizonte”. 

Falleció con 69 años: “Foi unha pena que enfermara tan pronto, foi un referente”, añadió su familiar.