El arranque del juicio contra José Ramón “Nené” Barral, exalcalde de Ribadumia, y contra otras once personas —entre ellas su hermano Feliciano Barral— por una supuesta red de contrabando de tabaco arrancó ayer en la Audiencia Provincial de Pontevedra tal y como se esperaba: Con una batería de cuestiones previas planteadas por las defensas, que intentan tumbar la causa.
Desde la posible falta de competencia del juzgado instructor, a la prescripción, pasando por la cosa juzgada, los defensores armaron un arsenal argumentativo que, ahora, el tribunal de la Sección Cuarta deberá analizar y decidir en consecuencia. La nueva fecha de la vista, la que decidirá si prosigue o no el juicio, ha quedado señalada para el 15 de diciembre.
Ni Barral ni ninguno de los otros encausados pronunciaron ayer palabra, ya que la toma de declaraciones o testimonios solo se abrirá si, una vez analizadas aquellas cuestiones previas, la Audiencia las rechaza y decide continuar con el juicio oral.
Con todo, tanto la Fiscalía como la Abogacía del Estado se oponen a los argumentos de las defensas y mantienen la petición de penas ya conocidas, como la que se solicita contra el exalcalde, de 10 años y medio de prisión, así como la multa de 15 millones de euros por la presunta actividad continuada en el ámbito del contrabando de tabaco. El Ministerio Público considera a la supuesta red responsable de la presunta comisión de delitos de asociación ilícita, contrabando, revelación de secretos por funcionario público y cohecho.
Una de las principales críticas fue a los 21 años de instrucción de la causa, tiempo en el que llegaron a fallecer tres de los doce investigados. Las defensas solicitan la prescripción de los delitos, si bien el Fiscal y la Abogacía del Estado destacaron la complejidad técnica del caso y la observancia de las garantías procesales. Un extremo que tampoco convence a las defensas, que consideran que la investigación y la instrucción estuvieron plagadas de “errores” y “subterfugios”, como las escuchas prospectivas.