Homenaje en Cambados | “Filomena era desconocida hasta en la familia; Antonio se llevaba todos los méritos”

Homenaje en Cambados | “Filomena era desconocida hasta en la familia; Antonio se llevaba todos los méritos”
La maestra Filomena Granda Regueiro en 1904 | Cedida

La familia Magariños está muy contenta con la decisión del Concello de Cambados de dedicarle el Día del Libro a la maestra Filomena Granda Regueiro, pues de esta manera se recupera la historia de una mujer que luchó por una educación de calidad para las niñas cambadesas a principios del siglo XX. Hizo, por lo menos, los mismos esfuerzos que su marido, Antonio Magariños Pastoriza, quien sí trascendió como el renovador de la educación en la localidad al luchar, entre otras cosas, por instaurar la escuela graduada para sus alumnos, los niños, pues en aquel momento había segregación por sexos. Lo logró en 1911, dando carpetazo a aquel modelo de unitarias donde un único maestro enseñaba a leer a niños pequeños y a la vez iniciaba en el cálculo a los más mayores. 


Filomena pidió lo mismo para su escuela de niñas, pero  nunca pudo ver cumplido su objetivo; primero porque su solicitud no fue atendida en un tiempo en el que la mujer aún era considerada como un ciudadano de segunda, destinada a la casa y a los hijos, y segundo, por la inevitabilidad de la muerte, pues falleció con tan solo 40 años y hasta recabar testimonios de alumnas vivas ha sido imposible. “Era una desconocida hasta en la familia, todos los méritos se los llevaba Antonio”, cuenta Antonio Magariños Compaired, uno de los nietos de la pareja y conocido por sus trabajos de investigación sobre la evolución de la enseñanza en la capital del albariño desde la llegada de sus abuelos, lo que fue todo una revolución.

 

Época de cambios

Tenían poco más de 18 años y una gran formación frente al modelo habitual en esa época: Vecinos que sabían poco más que escribir, leer y hacer cuentas y que hacían lo que buenamente podían, y a algún alumno inspirarían, pues como dice Compaired, “no hay escuela buena o mala, hay maestros buenos y malos”. 


El caso es que en esa etapa histórica, el modelo educativo estaba en ebullición, en renovación, y en el choque con la realidad local, los dos maestros “empezaron a pelear, en paralelo. En el archivo municipal hay escritos con las quejas de ambos por la precariedad de las instalaciones, la falta de material –el Ayuntamiento tardó en entregarlo– y pidiendo también implantar el modelo de escuela graduada que estaba en boga”, explica. 


Tuvo que pasar medio siglo, hasta que en 1967 se agruparon las diferentes escuelas –la segregación por sexos se mantuvo– en lo que hoy es el CEIP Magariños,  para que las aspiraciones de la maestra se vieran cumplidas, pues la enseñanza de las niñas no era igual, “ni en contenidos ni en exigencia, ellas estaban para casarse. Si hoy hay una brecha de género, imagina en 1910”, añade Magariños Compaired.


Otro de los méritos que atribuye a sus abuelos en ese afán de modernizar la educación fueron los materiales que empleaban y más concretamente sus “libretas”. El libro de texto ya existía como tal, pero Antonio y Filomena escribían los suyos propios. Su descendiente destaca lo laborioso del asunto: “Estudiaban los manuales, los resumían, los explicaban y todo ello manuscrito, lección a lección. Se trataba de una gran novedad y les daba independencia de criterio sobre lo que estudiaban sus alumnos”. 

Libreta lecciones maestra Filomena Granda Regueira Cambados
Una de las libretas de lecciones creada por los maestros con ejercicios de gramática | Cedida

 

Charla sobre la evolución de la educación

En su poder tiene algunos ejemplares y otras joyas que encontró en la intensa investigación realizada para elaborar los libros titulados “Apuntes y recuerdos de la escuela del convento”, que fue el antecedente del colegio Magariños y precisamente se presentó hace unos años, por su 50 aniversario. Todo ello lo mostrará este viernes, a las 20 horas, en la Casa da Calzada durante la charla “Libros nas escolas de Cambados entre 1900 e 1967”, que será posterior al homenaje que el Concello realizará a su abuela, instalando una placa en la casa donde estuvo su escuela de niñas, en la Praza Francisco Asorey. 


Toda esta compilación pondrá sobre la mesa cómo se estudiaba en esa época y la calidad de la enseñanza en la localidad. Magariños Compaired da un avance de la situación general, con una primera etapa con “libros muy sesudos”, luego el esplendor editorial en los años 20 y 30 y la situación posterior a la guerra, cuando detecta “un bajón tremendo en el contenido y la calidad editorial”. Posteriormente, la dictadura de Franco encuentra una “bicoca” en la enciclopedia, unificando el criterio sin tener que multiplicar a los censores revisando varios textos y así reinan algunas muy recordadas como la Álvarez. Después llegan las editoriales conocidas y hasta hoy, cuando el autor otea una nueva transición debido a los cambios legislativos y sobre todo a las nuevas tecnologías. “No se sabe muy bien cuál será el futuro del libro escolar y las editoriales parece que ven peligrar su negocio”, apunta. 


Cien años después, las cosas han cambiado mucho en el mundo de la enseñanza y también en el reconocimiento al papel de las mujeres en la sociedad. De hecho, la Concellería de Cultura quiere saldar esa deuda con Granda. 

Homenaje en Cambados | “Filomena era desconocida hasta en la familia; Antonio se llevaba todos los méritos”

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