El contrato de suministro de agua potable caduca en noviembre y el Concello de A Illa va a prorrogarlo con Espina y Delfín por otros 20 años más y como contraprestación recibirá 1,7 millones de euros. Es la cifra exacta que, de entrada, necesita para construir la nueva EDAR y, de hecho, el dinero recibirá este destino. No es una casualidad, el bipartito vio en esta circunstancia una oportunidad para lograr los fondos porque se trata de una cantidad nada desdeñable para un municipio que maneja un presupuesto anual de 4 millones de euros.
El concejal de Servizos, Manuel Suárez, aseguró ayer que el contrato “non se vai modificar” y los vecinos “van seguir pagando o mesmo e nas mesmas condicións” por el agua, es decir, con las variaciones que pueda conllevar la actualización anual conforme al IPC.
También lo afirmó en el Pleno ordinario del viernes su socio y alcalde, Luis Arosa, ante las dudas mostradas por la oposición, quien está de acuerdo en consruir la depuradora, pero considera que los 1,7 millones deberían destinarse a “abaratar o recibo”, expuso Matías Cañón, reprochando, una vez más, la reciente subida de tasas practicada por el bipartito. De hecho, no le convencieron –“veremos se sube ou non”– y tanto él como el resto del PP votaron en contra de la que sería la segunda prórroga de este contrato, el cual consideran “obsoleto”.
A este respecto, el nacionalista replicó que “o maior incremento rexistrado ata o de agora foi polo canon da Xunta, que supón un millón de euros e non reporta nada ao municipio”, se quejó. Asimismo detalló que, como en cualquier contrato por la prestación de un servicio en concesión, se acuerda una contraprestación –aunque en ocasiones las empresas lo hacen a modo de inversiones en la infraestructura que van a gestionar– y señaló que en la primera se hizo algo parecido.
Así las cosas, el acuerdo con Espina y Delfín se llevará al límite legal de 50 años de duración –se firmó en 1994– y el gobierno defendió que han tenido que tomar medidas de este tipo porque “Augas, a Xunta, non se dignou a poñer nin un só euro” y “tivo que ser suplida polo Goberno de España”, expuso Arosa, recordando que la depuradora autonómica actual contamina la Ría.
Cabe recordar que el organismo estatal Acuaes cubre el 80 % del proyecto valorado en 8,5 millones de euros y al Ayuntamiento le corresponde aportar el 20 %. En el caso de que la construcción de la depuradora de Niño de Corvo se adjudique por un precio inferior, la diferencia hasta los 1,7 millones quedará en las arcas locales para otras cuestiones. Suárez reconoció que puede pasar lo contrario y entonces habría que conseguir más financiación, pues según el convenio, la parte correspondiente al Concello es invariable y es una de las cuestiones por las que el BNG mostró reticencias sobre este acuerdo impulsado por su socio.
Ante las dudas mostradas por el PP respecto a la legalidad de la prórroga, defendió que “conta con todos os informes” y tanto los nacionalistas como los socialistas esperan que el gobierno autonómico “recapacite” y aporte como en otros concellos donde cofinancia actuaciones de este tipo. De hecho, el acuerdo con Espina y Delfín recoge que se entregará el dinero –en tres meses, una vez que se formalice–, independientemente de que la administración local llegue a recibir otras aportaciones.