El precio medio de una muerte en Arousa ya supera los 3.000 euros

El precio medio de una muerte en Arousa ya supera los 3.000 euros
Uno de los tanatorios más grandes de la comarca de O Salnés, situado en Vilagarcía | GONZALO SALGADO

En una época en la que todo ha subido de precio, la muerte, como no podía ser de otra manera, también lo ha hecho. Así, un servicio de decesos básico en las distintas funerarias de Arousa tiene un importe medio de más de 3.000 euros. Cantidad que incluye, tal y como comentan las empresas, los servios básicos que se precisan para darle el último adiós a un ser querido: preparación del fallecido, féretro, tanatorio, funeral, esquela y algunas flores.
 

Pero, el precio, de un entierro depende, exclusivamente, de lo que las familias quieran gastar, ya que a día de hoy, señala por ejemplo Alesandra Castro, supervisora de Pompas Fúnebres Europeas, que cuenta con tanatorios en O Salnés y O Barbanza, existen infinidad de servicios y productos que pueden aumentar el precio de un deceso. Así, además de diferentes tipos de ataúdes o de coronas de flores, también se pueden incluir servicios de joyería o relicarios para portar las cenizas tras la incineración o un buen catering.
 

Sin embargo, indican en  las distintas funerarias, que, desde hace años suelen escogerse las opciones más simples. “Antes las familias elegían la caja y optaban por unas fabricadas en madera de castaño, en las coronas de flores decidían añadir rosas, y ahora ya no, porque son más caras”, cuenta Vanesa Muñiz, gerente de funeraria Las Angustias de Sanxenxo.
 

En los casos más extremos, aquellos llamados entierros sociales - personas sin recursos o, por ejemplo, fallecidos sin familia -,indican en las funerarias, que pueden llevarse a cabo por una cantidad menor. “En estos casos, en los que normalmente paga el Concello se hace por unos mil euros, y se paga únicamente lo que exige sanidad, que es poco más que el ataúd, un mínimo de horas en el velatorio y la sábana sudario”, señala Muñiz.

 

Más incineraciones
 

La tendencia en los últimos diez años, señalan en los tanatorios de la comarca, es que el porcentaje de incineraciones ha aumentado mucho, a pesar de que indican que, todavía hoy en día, el número de entierros es mayor. “En un mes, si hacemos seis servicios, dos o tres ya son actualmente incineraciones, y eso que trabajamos en una zona rural, en la que mayoritariamente son personas mayores”, señala Laura Filgueira, gerente de Filgueira Servicios Funerarios, ubicada en Meaño. 
 

La misma idea la comparte Castro, quién cuenta que es el cambio generacional el que hace que las incineraciones aumenten. “Hay que entender que cada generación tiene sus costumbres y, en un sector como el nuestro, tenemos que ir adaptándonos a los tiempos e ir supliendo las nuevas necesidades y las futuras”, señalan en Pompas Fúnebres Europeas.
 

Que haya un aumento en las incineraciones, significa, por tanto, que los entierros han disminuido, ya que las cenizas del fallecido no siempre se llevan a un cementerio y, por ejemplo, los familiares las guardan en diferentes recipientes, se encargan de esparcirlas por algún lugar especial para la persona o incluso se elaboran joyas para llevarlas siempre con ellos. Esto es debido, entre otras cosas, porque muchas familias ya no cuentan con nichos en propiedad en los cementerios, tendencia que, cuentan, irá a más con el paso de los años.
 

“Se celebran muchas menos misas de entierros y si se hacen son mucho más simples. Antes lo raro era realizar un servicio y que el fallecido no fuera a la iglesia, ahora es algo totalmente normal”, cuenta Filgueira. 

 

 

Los servicios y productos que se ofrecen en el sector se han multiplicado en los últimos años

 

Las tendencias en los entierros han cambiado mucho a lo largo de los años, pasando de ser habitual  hace décadas velar a los fallecidos en el propio domicilio a que, sea una excepción. Actualmente, lo corriente es llevar el cuerpo del fallecido a un velatorio, lugar en el que al menos debe pasar doce horas antes de poder ser enterrado o incinerado. 
 

Los servicios que ofrecen las funerarias hoy en día se han multiplicado. Así, además de encargarse del traslado, preparar al difunto, el entierro o incineración y la decoración floral, cuentan con muchos productos diferentes. Así, en muchas salas es común que se proyecten fotografías o vídeos del fallecido, que se preparen caterings especiales y totalmente personalizados para servir a los familiares y amigos, o, incluso velar a la persona mientras descansa en un ataúd de oro.
 

Además, para los familiares hay muchas opciones, si quieren podrán llevar las cenizas de su ser querido siempre con ellos transformadas en una joya, escoger una urna biodegradable para poder enterrar los restos en un jardín o finca o adquirir un relicario con el que poder recordar al ser querido. 

El precio medio de una muerte en Arousa ya supera los 3.000 euros

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