La presencia de la velutina en O Salnés se ha reducido este año con respecto al anterior debido a una primavera lluviosa nada propicia para la supervivencia de las reinas, frenando por tanto el surgimiento de nuevos nidos, así como el mantenimiento de los fundados. De hecho, el servicio comarcal de control y lucha ha retirado sobre un centenar menos a estas alturas de la campaña, que empieza con una frecuencia casi diaria a partir de abril.
El último recuento de estos días es de 550 avisperos y del tamaño de una pelota de baloncesto, cuando lo normal sería que alcanzasen el de un capacho o incluso más –han liquidado alguno de 40 litros de capacidad–. Este es el ejemplo que pone el técnico del servicio Isaac Padín para explicar que este año “houbo un parón e sairon bastante máis tarde do habitual, aínda que segue habendo”, advierte. Y es que no quiere sonar demasiado triunfalista porque se trata de una cuestión circunstancial.
El trampeo que vienen realizando desde hace años también contribuye: “Se non fora por el, teriamos problemas bastantes serios”, asegura. Una exhaustiva tarea consistente en la colocación de unos 2.000 cebos mortales que ayuda a mantener a la invasora a raya y basta con comparar los inicios de este servicio, hace siete años.
Pero principalmente lo que ha pasado es que las condiciones meteorológicas de la primavera, con jornadas especialmente lluviosas, no fueron favorables para las reinas, con las que empieza todo. “A choiva lava o polen das flores, así que non tiveron tanto alimento e ademais teñen que competir por el e mátanse entre elas”, detalla el técnico.
Entre los meses de marzo y abril es cuando las reproductoras salen de la hibernación tras haber permanecido en la corteza de árboles, entre piedras, grietas de edificaciones... Y reinician el ciclo vivido cada año. Fundan un nido embrionario y hacen la primera puesta de su futuro ejército. Cuando se les queda pequeño construyen uno secundario en el mismo lugar u otro, prefiriendo las copas de árboles de gran altura –lo que siempre complica su neutralización–.
Así las cosas, están recibiendo menos avisos en comparación con 2023, cuando a estas alturas llevaban más de 600 y con lista de espera, porque el equipo está formado por dos operarios y no daban abasto. Aún así, siguen ratificando que la avispa asiática vino para quedarse y en las épocas de mayor actividad llevan un ritmo de retirada de hasta diez colonias por jornada.
Aunque reconoce que la gente “está máis concienciada”, Padín insiste en la importancia de instalar trampas caseras, sencillas de hacer con una botella de plástico. “Se todo o mundo puxera unha, cada raíña eliminada é un niño menos e só hai que facer contas. Dos secundarios poden saír un número indeterminado de novas raíñas, pero que ben pode chegar aos 300 exemplares, e a partir de aí basta con multiplicar. Son insectos colonizadores, aliméntanse e colonizan”, añadió.
Cabe recordar que Padín y su compañero Chema Pedrouzo usan diferentes métodos para neutralizar a las avispas y poder retirar el nido con seguridad. En lugares elevados usa una carabina de aire comprimido cargada con proyectiles de gel insecticida el cual las va matando, pues se van envenenando entre ellas por contacto.
La Mancomunidade de O Salnés puso en marcha este servicio en 2017 ante las dificultades de los concellos para afrontar la plaga, pero aún así el personal detecta que no todos los vecinos de la comarca arousana saben que disponen de un servicio propio. Su número de teléfono es el 635 63 11 07 y se atiende a todo tipo de usuarios.