La Denominación de Origen Rías Baixas considera que es el momento de apostar por un incremento de la producción. Más concretamente, quiere alcanzar el horizonte de 2030 con casi 50 millones de kilos de uva recogidos, lo que supondría sobre cinco más de los habituales, hasta ahora, llegando a las 5.000 hectáreas de superficie plantada en todo su territorio (en torno a medio millar más). Eso sí, un aumento de volumen, pero “sin perder la calidad” y mediante un crecimiento “controlado y complementado con una estrategia de valor que asegure la máxima calidad” de sus productos; una cuestión en la que incidieron ayer sus responsables.
Fue durante la presentación del Plan Director que les guiará durante el próximo lustro y cuyo objetivo final, cuya previsión, es duplicar el valor de la DO, partiendo de que actualmente factura unos 160 millones de euros. Es la segunda española en volumen de ventas de vino blanco: el 66 % se vende en España y el 34 % restante en el extranjero (la mitad en Estados Unidos y Reino Unido).
Para conseguirlo hay otros tres pilares básicos, de los cuales emanarán las líneas estratégicas. Así, otro es el aumento de las exportaciones, creciendo un 50 % más en el mercado norteamericano, canadiense y británico con un 15 % de vino premium, “que es lo que lleva a duplicar el valor de la DO entre 2021 y 2030”, explicó Magín Yáñez, director general y socio sénior de Boston Consulting Group, encargado de elaborar esta estrategia que parte de una serie de entrevistas y encuestas a expertos, bodegueros y consumidores. Todo ello sin perder de vista el mercado nacional, donde quiere vender cinco millones de litros más.
Precisamente, otro es incrementar la apuesta por el segmento premium a través de una mayor producción de vinos de guarda y crianza. “Se trata de una importante tendencia del mercado que representa una excelente oportunidad” para estos vinos, según el experto. De hecho, una de las cuestiones que más llaman la atención de muchos prescriptores sobre sus vinos es su capacidad de guarda incluso en la variedad reina, el albariño, que tradicionalmente se consideraba como una únicamente válida para vinos jóvenes.
A este respecto, el secretario general del Consello Regulador, Ramón Huidobro, señaló que la apuesta por nuevas líneas de negocio en esta categoría ayudarían a colocar sus productos a “precios superiores”.
El cuarto pilar es más sostenibilidad e innovación a través de, por ejemplo, la implementación de una herramienta común de la trazabilidad que aproveche los últimos desarrollados tecnológicos, explicaron desde el Consello tras la presentación del documento, un acto al que también asistieron su presidente, Isidoro Serantes, y el conselleiro do Medio Rural, José González. Este felicitó al sello de calidad por su “colleita de éxitos” en números y calidad, hasta el punto de que “elabora un dos mellores blancos do mundo”. Asimismo cuantificó en 8,7 millones de euros los apoyos de la Xunta a la DO en la última década.
Sobre la percepción de los clientes, un estudio realizado en el marco del análisis de este nuevo Plan Director “pone de manifiesto que el consumidor, especialmente el internacional, percibe los Rías Baixas como vinos de calidad” y lo valora como elemento diferenciador frente a otros competidores. Y los extranjeros perciben un nivel más alto “con un precio más bajo en comparación con otras DDOO de idéntico posicionamiento”, además de que se da mucho valor a las variedades originales, como el autóctono albariño. l