San Simón despide una fiesta que deja atrás los arcenes de la carretera

La prohibición y las advertencias de sanciones reconducen la histórica colocación de puestos.
San Simón despide una fiesta que deja atrás los arcenes de la carretera
Un momento de la procesión dominical | Mónica Ferreirós

Baión despidió este domingo la fiesta de San Simón, una edición marcada por el que es ya, quizás, el adiós definitivo a una práctica ligada durante décadas a esta cita: la colocación de puestos de ambulantes en los márgenes de la PO-531 entre Vilagarcía y Pontevedra. 


La necesidad de garantizar la seguridad vial se impuso y llevó a la Policía Local a advertir de sanciones de hasta 3.000 euros a quienes se saltasen la prohibición. Los puestos fueron alejados así de la general e instalados en el acceso hacia el polígono. 


Con todo, la fiesta no se detuvo: hubo verbenas, hubo música, hubo procesión y, sobre todo, mucho pulpo, una de las grandes señas de identidad de esta celebración. 

 

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Degustación del producto estrella | Mónica Ferreirós

San Simón despide una fiesta que deja atrás los arcenes de la carretera

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