El Sindicato Labrego Galego-Comisións Labregas (SLG-CCLL) estima que la vendimia de este año en la DO Rías Baixas caerá en entre un 25 y un 30 % con respecto al anterior, por un menor nacimiento de uva a causa de la climatología adversa y las precipitaciones que, a su vez, han favorecido “os numerosos ataques de mildiu”. Así las cosas, demanda que el precio por kilo se mantenga o incluso se aumente. 
“Este ano, aos viticultores vainos saír custoso o quilo de uva porque hai menos produción”, así lo resumía una viticultora de la zona del Condado y asesora, Cristina Carrera, cuyo testimonio recoge la organización para hablar de la situación del sector.

Desde principios de junio

Desde el sindicato detallaron que este año se produjo un menor nacimiento porque las condiciones meteorológicas “fixeron que se producira moito corremento nos acios”. Además de favorecer los ataques del temido mildiu, que fueron “numerosos” y sobre todo en la fase de larvado, que es cuando el grano ya ha pasado del tamaño de un guisante, pues “dende principio do mes de xuño atacou fortemente aos acios provocando a perda da colleita respecto as previsións iniciais”. 

Así las cosas, además de haber brotado menos fruto, este año se han tenido que realizar más controles fitosanitarios ante un invierno y una primavera lluviosos, como explica Carrera. Y por otra parte, califica la floración de este ejercicio como “moi mala” porque “había moita humidade e as temperaturas foron moi baixas, e iso fixo que os acios fosen máis pequenos e pesen menos”.

 
Junto a todo esto, la viticultora de la DO Rías Baixas señala que han tenido que desbrozar las parcelas “continuamente”, debido al crecimiento constante de la vegetación, además de tener que hacer “labores frecuentes de despunte”, así que “problemas para todo”, lamentó. 

A estas cuestiones también sumó que han tenido que “contratar xente para sacar folla e así conseguir airear os acios para que entraran ben os tratamentos e conseguiron que frearan os ataques de mildio que houbo”.

En resumidas cuentas, todos estos factores “motivaron que os viticultores e as viticultoras das Rías Baixas tiveran que afrontar máis gastos para conservar a colleita e máis gastos en man de obra”. Pero además, la profesional destaca también el hecho de que se “incrementaron os prezos das aplicacións dos fitosanitarios e da maquinaria”.

“Boa situación do mercado”

Ante toda esta situación, desde el Sindicato Labrego Galego-Comisións Labregas, han hecho un llamamiento que afecta principalmente a los compradores de uva, las bodegas. Les plantean que, al haber menos cosecha, pues estiman que todo esto resultará en entre un 25 y un 30 % menos con respecto al año pasado, y teniendo en cuenta también la “boa situación do mercado”, se siga manteniendo el precio de uva que se venía pagando “ou incluso aumente por mor da problemática que atravesan os viticultores”. Además, desde la organización aseguran que han constatado que “existe demanda por parte das adegas para a compra de uva, xa que o mercado segue na alza, sobre todo na venda de viño branco, e necesítase a colleita para mantelo e incluso despois do incremento de prezo na botella de viño branco”.

La peor previsión del sindicato es de una caída del 30 %, que supondría bajar hasta los 30 millones de kilos 

Cabe recordar que la Denominación de Origen Rías Baixas cerró la recolecta del año pasado como la más abundante de su historia, tras alcanzar los  44.358.546 kilos de uva. Según las estimaciones que hace el sindicato, en la peor situación, de perder hasta un 30 % de la producción, se estaría hablando de que esta vendimia habría unos 13 millones de kilos menos.

Necesidad de más producción

La anterior campaña supuso un 8,44 % más que la de 2022 y seguía la tendencia alcista de los últimos ejercicios, siendo unas cifras que permiten mantener las ventas en los mercados nacionales e internacionales, pues estas también crecen. Aunque todavía va habiendo stock en las firmas de este sello de calidad, ya se ve la necesidad de plantar más. De hecho, el Plan Director 2030 del Consello Regulador  plantea crecer hasta los 50 millones de kilos antes de ese año para conseguir uno de sus objetivos estratégicos, duplicar su valor actual.