“Volver? Para nada teño a idea de volver”. El bailarín isleño Manuel Trillo cumple nueve años en Estados Unidos y en este tiempo ha ido fraguando su propio sueño americano. Llegó con una larga relación de títulos y tanta experiencia como entusiasmo. Hoy, está a punto de conseguir la ciudadanía estadounidense, se ha comprado una casa al otro lado del Atlántico y acaba de abrir su propia escuela de baile, que ha bautizado con el nombre de su comarca natal.
La “Arosa Ballroom Dance Studio” es ya una realidad. El bailarín explica a Diario de Arousa que ha tenido que renunciar a la “u” del topónimo oficial y optar por la fórmula en castellano, porque, de incluir aquella vocal, el nombre es prácticamente impronunciable para los americanos.
A una hora de New York, reside y trabaja en la ciudad de Wilton, en el estado de Connecticut. Durante la última década trabajó como profesor en los reputados Fred Astaire Dance Studios y ahora se embarca en esta nueva aventura en solitario.
Es justamente esa búsqueda del sueño americano al completo el que lo impulsa a tomar este camino. “A idea xurde do soño americano, que un pode establecerse por si mesmo. A xente, cando emigra aquí, primeiro traballa para alguén e despois monta o seu propio negocio”. Él lo ha puesto ya en marcha. “Esperamos que funcione”.
La escuela se encuentra arrancando. Trillo se ocupa estas semanas de labores de promoción, clave para ir ampliando una cartera de alumnos que pueda hacer viable la escuela.
En ella “vou ensinar todo tipo de disciplinas, desde bailes máis tradicionais como vals, tango, foxtrot; como os máis latinos, como a salsa, chachachá, rumba, bachata, merengue... Todo tipo de bailes”.
“Vai ser sobre todo enfocado a adultos, aínda que tamén cara xente máis moza. Tamén grupos”, sin olvidar un fenómeno en alza a ambos lados del Charco, “parellas que preparan o seu baile para a voda” y quieren sorprender a sus invitados.
Con un negocio tan joven, con domicilio propio y a punto de ser oficialmente ciudadano americano, Trillo responde con negativa a la pregunta de su posible retorno. “Si volvo á Illa, pero de vacacións. Xa comprei a miña casiña aquí, teño o meu negocio, estou afincado”. “Boto de menos á Arousa, claro que si, pero adoito regresar no Nadal”.
Este año, con todo recién sacado del horno, es posible que celebre las fiestas en Estados Unidos. Pero es seguro que lo volveremos a ver por la Ría. Quizás, y ojalá, ya con su joven academia a pleno rendimiento.