Zahara lo dio todo en Cambados.
Muchos de los asistentes a su concierto salieron de Fefiñáns con ganas de llevársela a tomar unos albariños en A Calzada y seguir compartiendo con ella una noche de conversaciones y diversión.
La artista se encuentra en un momento de su carrera -suma más de 20 años de trayectoria- en el que siente la necesidad de hacer valer, más que nunca, eso del arte como herramienta de transformación social. Ayer no faltó quien recordaba cuando, hace un par de años, Vox censuró el cartel promocional de la gira “Puta”, en el que figura como una especie de virgen irreverente, y aunque ha pasado tiempo, es patente su preocupación por su caso y otros, así que no deja de lanzar mensajes contra la censura y de reivindicación de la libertad de la creación y expresión artística en favor de la reflexión en torno a causas controvertidas.
Ayer convirtió la histórica plaza cambadesa en eso, en un espacio seguro para la libertad, y para no dejar de bailar. Lo advertía al inicio del espectáculo con un enorme aviso en pantalla, y en gallego: “Se alguén se ofende coa nosa liberdade, por favor, diríxase á saída máis próxima. Invítovos a que vivades estes setenta e cinco minutos como queirades. Podedes bailar se vos apetece, cantar, gritar, bicarvos, ouvear. Sede tan libres como o imos ser nós neste escenario”.
La gestación subrogada, el machismo, las barreras heteronormativas al amor… Asomaron en temas como “Berlín U5” o “Hoy la bestia cena en casa”, una de las más conocidas, como demostró el público coreando el pegadizo “miau, miau” del estribillo. No faltó “Merichane”, que pasará a la historia musical de este país y que habla del maltrato, los abusos…
También hubo uno especial para sus padres, que “han venido desde muy lejos para escucharme”, explicaba la artista ubetense, dando paso a la bonita “Dolores” y entonando “con la mano en la biblia te lo digo yo, tú eres más libre que todos los hombres insufribles y arrogantes”.
Pocas veces se han escuchado en Fefiñáns mensajes de tanto voltaje en una voz tan dulce y humilde, pero con tanto aplomo... Mucho sentimiento, pero envuelto en un formato de diversión y oda a la vida. Porque Zahara está girando con un espectáculo tipo “rave”, invocando a la “deusa do techno” en todo escenario que pisa y convirtiéndolo en una pista de baile donde la propia artista pincha y en la que se puede escuchar una composición inédita: “Esto no es una canción política”.
Zahara no dejó de transmitir buen rollo y de moverse en coreografías coordinadas con sus compañeras bailarinas en un entorno tomado por un imponente lucerío.
El de la capital del albariño fue su único concierto en Galicia y, de hecho, el Concello siempre busca actuaciones exclusivas para la Festa do Albariño. Así que la compositora agradeció el calor del público gallego: “Es un gustazo venir a Galicia, estamos felices. Gracias por bailar, gracias de corazón por hacernos sentir tan bien”.
La despedida también fue a lo grande, con un “Grazas, Cambados” gigante en la pantalla y sonando “Flowers”, de Miley Cyrus, un canto al amor propio que compartió con todo su equipo sobre el escenario, haciendo saltar por última vez a Fefiñáns.