desde que el ser humano apareció en la tierra siempre anduvo moviendo cosas de un lado para otro. Tuvieron que pasar miles de años para darnos cuenta de la importancia del transporte. Sin él todo se viene abajo.Todos los productos que conseguimos en los distintos sectores de la sociedad necesitan alguien que los haga llegar a los mercados para su distribución y venta al consumidor.
Los distintos gobiernos lo confiaron todo al libre mercado dejando que los especuladores campen por sus fueros sin cumplir las pocas leyes que les asisten a los transportistas. El Observatorio del Transporte y logística de España (OTLE) no ha previsto esta rotura del transporte, o los gobiernos no hicieron caso de los informes.
Tampoco se cumple una sentencia de 2014 de la justicia de la UE por el céntimo sanitario que cobraron ilegalmente las administraciones. Quedan pendientes de pagar más de cuatrocientos millones de euros, y en mi caso más de 30.000 E que me debe el Estado. Hoy en día los especuladores se llevan la mayor parte de la tarta sin producir nada y poniendo en peligro la subsistencia de los que trabajan para sobrevivir y servir al interés general.
Los especuladores son los interlocutores ante los gobiernos y todas las administraciones públicas. Hacen y deshacen lo que les da en gana. Contratan y subcontratan y estos a su vez subcontratan hasta cuatro veces. Pero los que producen y consumen tienen que cargar con las pérdidas, mientras los especuladores no tienen gastos generales a diferencia de los transportistas gastando impuestos y cargas sociales aunque estén parados. Esto es lo que vino pasando con el transporte a medida que entraron especuladores en el negocio poniendo precios a su gusto. Los grandes operadores especuladores crearon la situación del paro del transporte por exprimir más y más hasta la a asfixia total. Pero muchos transportistas también fueron cómplices de la situación actual, por ofrecer hacer transporte más barato desplazando a otros compañeros. Lo he vivido porque tengo una pyme del transporte. Pero ahora las federaciones de transportistas que forman el Comité Nacional del Transporte, consiguieron 1.050 millones del gobierno, y el compromiso de legislar para proteger al sector de los abusos de los especuladores.
La plataforma es un movimiento de cabreados con razón, fuertemente impulsada por las redes sociales por un tal Manuel Hernández, alabando a los ultras, pescando en río revuelto, dijo que no levantarían el paro hasta que la ministra de transportes le recibiera. Pues bien, ahora la ministra le recibió, pero ahora se desdice queriendo hacernos la puñeta de no desconvocar el paro. Con ello la plataforma les puede salir el tiro por la culata por el daño que puedan causar al resto de los servicios creando inestabilidad social y en perjuicio del interés general. Esta plataforma sin base legal a diferencia de las demás federaciones de transporte creadas al amparo de la Resolución 7 de abril de 2017 por la Dirección General de Transportes. En un principio tenían razón, ahora la perderán si impiden el derecho al trabajo de los demás.