Desde que el ser humano apareció en la tierra, por lo que sabemos, siempre estuvo en conflicto con sus semejantes. Cuando no le llegó el cuerpo para pelearse, se pasó al palo, la piedra, y luego a la flecha; hasta ahora armas nucleares son el último invento. Siempre peleándose con razón, o sin ella. Tales son nuestros miedos y egoísmos que nos metemos en líos. Nos hemos obsesionado con las artes de la destrucción con armas para someter a la población. Estas costumbres son repetidas y pasadas a sucesivas generaciones de guerra en guerra. Así no es imposible mejorar el futuro repitiendo un mal pasado. A mí, algunas veces me invade el optimismo como Verne, y otras veces me invade el pesimismo como Wels. El primero confiaba en el futuro, el segundo lo temía. ¿Quien tenía razón? Es curioso que él dice temer el futuro no hace nada para mejorarlo.Pero se queja más que nadie.
Ahora vuelve la guerra fría, y quien sabe si caliente. El eterno zar Putin que tiene el país con más kilómetros cuadrados del mundo situado en Eurasia se infrenta a Biden. Ambos, sacan pechos bélicos para marcar territorio con su meada como los animales. En vez de centrarse en crear calidad de vida para sus ciudadanos se dedican a juegos de guerra gastando inmensas cantidades en la fabricación de armas. Ya en su día dijo Eisenhower, expresidente de EE.UU., que había que tener cuidado con el complejo militar, que podía causar graves problemas a la democracia.
En el fondo no hemos superado los miedos de nuestros ancestros, como demuestra la desafortunada frase, “si quieres tener paz prepárate para guerra”. Cuando debiera ser, “si quieres tener paz prepárate para la paz”. Wels decía: “el mejor gobierno es el que más tiempo deja a la gente en paz”.
El zar Putin quiere volver a recuperar los antiguos territorios de la Unión Soviética contra su voluntad como está pasando con Ucrania; pero la política de EE.UU. no se queda atrás, porque su principal industria es la guerra. Y como España está en el mismo barco, por ser Europa, y porque estamos en la OTAN, al revés NATO .
Los imperios procuran estar bien armados como si fuera la única forma de gobernar. Pero hay países que no necesitan armarse , y sin embargo gobiernan con humanidad sin agredir a nadie.
Los grandes imperios abusaron y siguen abusando de su fuerza porque no saben hacer otra cosa. Lo mismo da que sean democracias que dictadores, porque ambos se unen cuando le conviene situar un fortín o frente contra el enemigo, sea dictadura o democracia.
Es lo que está ocurriendo estos días en Ucrania entre Putin, Biden y no los rusos, ni los americanos que serán las víctimas, mientras los dirigentes se quedan a salvo marcando territorio como los leones.
Como decía Julio Verne, “la tierra no necesita nuevos continentes, si no nuevos hombres”.