¿Y si la Maja de Goya, la Venus de Rubens y la Eva -sin olvidarse de Adán- de Baldung Grieng hubieran tenido cáncer de mama? Las tres musas lucen su pecho mastectomizado en el Museo Thyssen de Madrid para normalizar el proceso de esta enfermedad que se diagnostica a 35.000 mujeres cada año.
"Arte y salud" es la nueva iniciativa con la que la Fundación Cultura en Vena quiere reivindicar los beneficios del arte en la salud de las personas acercando el debate sanitario al ámbito cultural en un "templo de la cultura" como es la pinacoteca madrileña, ha explicado durante su presentación el director de la organización, Juan Alberto García de Cubas.
Con este proyecto, tratará de cambiar nuestra percepción de los procesos vinculados a la enfermedad con el potencial que tienen las artes "para coadyuvar en el tratamiento". "El sector sanitario tiene la obligación de contar con el cultural como un aliado" porque, ha recordado, "el arte beneficia seriamente la salud".
Un proyecto que tiene una doble vertiente: la primera, la exposición "Arte y salud. De la piel al lienzo: otra mirada sobre el cáncer de mama", que dota a tres obras maestras de la pintura "de un significado muy diferente: hablar del cáncer de mama y normalizar este proceso de tantas mujeres".
Transformadas digitalmente por el fotógrafo Jorge Salgado, la muestra, -que se podrá visitar desde mañana, Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, hasta el 26 de octubre- recoge tres representaciones a tamaño natural de "La maja desnuda", "Venus y cupido" y "Adán y Eva".
Las tres protagonistas enseñan orgullosas sus pechos mastectomizados, igual que el único personaje masculino, porque no hay que olvidar que, aunque en un porcentaje muy inferior, la enfermedad puede atacar también a los hombres.
"Se centra mucho en mastectomia y esto tiene un efecto muy potente porque los museos y los centros de cultura operan como aparatos de legitimación de cultura visual, y es muy importante reflexionar sobre lo que vemos y lo que no vemos", ha comentado la historiadora del arte Ana Folguera, autora de los textos que acompañan los lienzos.
El resultado es un relato que se ha construido conectando estos cuerpos "con la vivencia de un proceso de la enfermedad, que forma parte de la vida", y en el que se presentan los senos extirpados "no como ausencia, sino como una nueva presencia: nace un nuevo cuerpo, y por tanto nace una nueva subjetividad".
"Como podéis observar, solo tengo un pecho. No sabemos cuántas generaciones atrás se remonta el cáncer de mama en mi familia. El primer caso que se recuerda es el de mi abuela Fermina, después el de mi madre, Antonia" y, de ahí, su hermana, sus tías, sus primas y ella misma.
La enfermedad en las familiares de la actriz Paloma Mozo no es ninguna novedad, pero ella tuvo la "suerte" de experimentar en su propia piel "el efecto beneficioso del arte".
"Hay movimientos, sonidos, vibraciones y colores que dialogan con nuestro organismo para armonizarlo; el arte puede ser salud", ha resaltado la dramaturga, embarcada ahora en el proceso "de aprender a amar" su nuevo cuerpo, para lo que ha creado el blog laschicasdelcancan.com.
De ahí que valore la importancia de las jornadas que se celebrarán mañana en el Thyssen, la segunda parte de la iniciativa y que aglutinará en diversas mesas redondas a pacientes, investigadores y profesionales sanitarios para abordar los vínculos entre el arte y la salud.
En ella se presentará además el Libro Blanco de los Músicos Internos Residentes, la primera investigación científica realizada en España sobre los efectos de la música en directo en diferentes patologías impulsada por Cultura en Vena en colaboración con el Hospital 12 de Octubre.