La falta de actividad diaria en la Plaza de Abastos acaba de dar al traste con uno de sus negocios más nuevos: ‘La Aceituniña’. Lo significativo de esta noticia es que precisamente su gerente era la presidenta de la Asociación de Placeros. Raquel Albadalejo llegó a este puesto con la intención de dinamizar el mercado municipal, con una serie de medidas encaminadas a llamar a la clientela a que se acercase por las instalaciones de Alexandre Bóveda más allá de los martes y los sábados, los días del mercadillo.
 

No pudo ser. “Yo no puedo estar más tranquila”, asegura Albadelejo, que cree que la idea de su negocio era de lo más apropiada. De hecho, recibió el primer premio en el concurso de Iniciativas emprendedoras del Concello de Vilagarcía. También defiende que la ubicación es buena, pero cree que falta el “enfoque comercial” para la Praza de Abastos.“No veo pistas de que nada vaya a cambiar”, se lamenta Albaldalejo, que incide en que la captación de clientes también va ligada al atractivo del sitio, de lo cual según la comerciante carece actualmente la plaza. 

“La afluencia va ligada a la oferta”, señala. Lo que late en el fondo del problema es la negativa de bastantes puestos, especialmente de vendedores de pescados, a abrir todos los días. En realidad existe una ordenanza que especifica que así deben hacerlo. Hubo una moratoria, que acabó en mayo de 2024, pero los tiempos que maneja el Concello para imponer sanciones son “lentos” para La Aceituniña, que ya cerró sus puertas