Unas camas y un microondas son los elementos que les faltan al albergue de Carril para entrar en funcionamiento. También –como no podría ser de otra forma – algo más de mobiliario accesorio para que los peregrinos que opten por quedarse en estas instalaciones con vistas a Cortegada puedan hacerlo con todas las comodidades posibles. Desde la Xunta de Galicia –que es la que se ha comprometido con el Concello a dotar del mobiliario necesario al inmueble– todavía no han dado a conocer el resultado de la inspección realizada hace ya unos meses y que sería determinante para que el albergue entre a formar parte de la red pública autonómica y, por lo tanto, pueda entrar en funcionamiento. Desde el Concello se ha instado en varias ocasiones desde la apertura del edificio a que la administración autonómica haga su parte. De momento no ha habido respuesta.
El albergue de Carril se construyó sobre una antigua casa de la cultura y gracias a los fondos de la Diputación de Pontevedra. Su inauguración fue hace ya unos meses, pero solo de la obra, dado que no ha recibido ni a un solo peregrino y, por lo tanto, no ha aprovechado el incremento de este tipo de visitantes en los denominados años santos. Cabe recordar que las instalaciones tienen capacidad para un total de 30 personas distribuidas entre la planta baja, primer piso y bajo cubierta.
En el exterior cuenta con una finca muy amplia para la práctica de actividades al aire libre o para el descanso de los caminantes.
En la planta baja se sitúa la recepción y una zona común en la que habrá asientos, librería-biblioteca y máquinas expendedoras. También habrá zona de lavandería y un lugar para dejar las bicicletas para aquellos peregrinos que opten por hacer el camino en este tipo de transporte. Tiene unas grandes vistas a Cortegada y a la Ría