El mal estado de una estancia del Centro Sociocomunitario de O Ramal es motivo de una nueva diferencia entre Xunta y Concello, en este caso sobre quién debe hacerse cargo de la obra destinada a reparar esta incidencia. El departamento territorial de Vigo de la Consellería de Política Social e Igualdade envió un escrito a Ravella, comunicando incidencias en el centro situado en la Avenida Rosalía de Castro.
En concreto, desde la administración autonómica daban cuenta de la filtración de agua en el despacho de dirección. Sobre este escrito daba cuenta la Xunta de Goberno Local en la sesión del 5 de agosto, en la que también se le acordaba comunicar a la administración autonómica que “dado que a Xunta de Galicia ocupa múltiples locais e dependencias municipais”, como el propio centro social, el SPAD o el Centro de Matosinhos, “sería axietado que colaborara no mantemento das instalacións”.
 

El Concello de Vilagarcía señala que, a día de hoy, no obtuvo ningún tipo de respuesta desde la administración autonómica. Fuentes municipales señalan que, lo que se reclama desde Ravella, “puesto que el edificio, aunque es municipal, está cedido a la Xunta para un servicio que es de la Xunta, lo lógico, lo razonable, es que el beneficiario de esa cesión se encargue de su mantenimiento”. Por ello, piden a la Consellería de Política Social que aporte también parte de la financiación necesaria para, en este caso, arreglar las goteras del despacho de dirección y, al mismo tiempo, para mantener el edificio en condiciones óptimas.
 

El Centro Sociocomunitario de O Ramal está orientado a las personas de la tercera edad, con servicios como talleres, cursos, diferentes actividades pero también como punto de encuentro para el ocio y el acompañamiento social de este colectivo.
 

En su interior también se llevan a cabo otro tipo de servicio, como la Unidad de Atención Temperá. El Concello de Vilagarcía pide que la Xunta colabore en su mantenimiento, ya que estas prestaciones se llevan a cabo a través de la administración autonómica.
 

Cabe recordar que el Concello ya llevó a cabo numerosas actuaciones tanto en el propio edificio, que se sometió a una impermeabilización hace unos cinco años, como en su exterior, para mejorar su accesibilidad y la plazuela que se encuentra en su parte trasera. Ahora, lo que pide es que la Xunta también contribuya a su buen estado. 
 

Otros casos

No es la primera vez que el uso de un edificio trae acarreado cierta polémica entre el Concello y la Xunta. En el propio escrito que envía el gobierno de Alberto Varela a la Consellería de Política Social se hace referencia al caso del SPAD, que ya en alguna que otra ocasión suscitó críticas por parte de la administración municipal.
 

Otro ejemplo que también ponen desde Ravella es el del Centro Municipal de Matosinhos. Además, otro edificio que dio lugar a cierto desencuentro fue el del albergue para peregrinos que el Concello puso en marcha en Carril. En este caso, lo que se pedía a la Xunta de Galicia era que lo amueblase y lo integrase a la red autonómica, lo que dio lugar a intercambios entre ambas instituciones, ya que la Xunta señalaba una serie de deficiencias que Ravella no compartía. Por el momento, el edificio continúa cerrado y sin uso.