El contenedor marrón –ese del que tanto se ha hablado en los últimos meses como ejemplo de eficiencia en la gestión de residuos– solo puede verse y utilizarse a día de hoy en O Grove y Sanxenxo. Los dos municipios han sido los primeros en instalar en sus calles un sistema que también está previsto para otras localidades como Vilagarcía. En la capital arousana los vecinos todavía no pueden hacer uso de este contenedor, que llegará a las calles este mismo año. Sin embargo, para que se use como debe hacerse todavía queda una larga carrera pedagógica de fondo que –de momento– va a medio gas con charlas puntuales. ¿Cuáles son los residuos que deben depositarse en este nuevo contenedor? ¿Deben usarse bolsas específicas para ello? Desde Sogama responden a las dudas que muchos ciudadanos se harán en pocos meses. “O que se pode depositar son restos de alimentos, así como papel de cociña usado ou servilletas”, exponen desde la entidad. También “posos de café ou bolsas de infusións, así como restos de plantas, flores, follas secas, alpiste, palillos ou tapóns de corteza natural”. ¿Y qué irá al verde entonces? Pues aquellos productos que no puedan reciclarse, tales como pañales o compresas. “No colector marrón non se poden depositar tampouco ramas de podas, restos aspirados ou varridos, cabichas do tabaco ou cinzas”. Esto también iría para el verde ahora tipificado con la nomenclatura de “residuos non reciclables”. ¿Y debe usarse una bolsa específica para depositar los residuos en el contenedor marrón? “O correcto é depositar a materia orgánica en bolsas compostables”, explican desde Sogama.
Desde esta entidad recuerdan que la Unión Europea estableció como plazo límite el pasado 31 de diciembre para que los concellos instauren la recogida diferenciada de materia orgánica. En algunos concellos han apostado por el contenedor marrón, otros por el compostaje comunitario –como en Cambados, donde funciona bien desde hace ya meses– y otros por el modelo mixto que abarca las dos opciones, como es la intención de Vilagarcía. En la capital arousana –además del centro comunitario que ya funciona en O Piñeiriño– la intención de la administración local es apostar por seis ubicaciones más en zonas con una concentración poblacional importante como son los edificios Invisa (en Marxión), el entorno de la Praza de Abastos de Vilaxoán, el parque de O Castriño, Trabanca Sardiñeira (grupo del 25), Trabanca Badiña (entorno del parque Doutor Carús) y Matosinhos. Para ello se están realizando campañas informativas itinerantes para que –al igual que ocurrió hace años en el parque de A Coca– los vecinos no se muestren reticentes a la hora de albergar este sistema de compostaje.
Cabe recordar que Vilagarcía es uno de los concellos adheridos al convenio para la utilización de las instalaciones que Sogama inauguró hace pocas semanas en el polígono de Baión (en Vilanova). Allí, como informan desde la entidad, la materia orgánica transcurre por varias etapas. “Pretratamento (fase na que se retiran os elementos impropios, é dicir, aqueles materiais que non corresponden ao contedor marrón), fermentación do biorresiduo, maduración do mesmo e almacenamento”, explican. ¿Qué pasa con el compost resultante? Pues –añaden– “comercializarase por parte de Sogama e utilizarase como abono no sector da xardinería e agricultura”. El proceso de implantación está en marcha, queda valorar cómo lo va a asumir la ciudadanía y los resultados que acabará dando un contenedor que pronto estará en el día a día de los vilagarcianos.
Los vecinos de diferentes puntos de Vilagarcía lo tienen claro: Los contenedores de basura nuevos que la empresa Urbaser ha instalado en las calles son insuficientes para la cantidad de basura que se genera día a día. Los recién estrenados recipientes tienen más capacidad, por ejemplo, que los tradicionales contenedores verdes que podían verse hasta no hace mucho en la ciudad. Sin embargo el hecho de que día sí y día también la basura se acumule fuera de los contenedores por falta de más espacio dentro de los mismos ha levantado la alerta entre los vecinos. “Terán que poñer máis”, señalaba esta semana un hombre en la zona de Fexdega. En ese punto donde antes había hasta tres contenedores verdes ahora solo hay uno, teniendo en cuenta que hay negocios hosteleros cerca que –en teoría y por lógica– generan más cantidad de basura que una familia de una vivienda normal. La instalación del contenedor marrón en las calles –todavía pendiente en Vilagarcía– aliviaría en todo caso la presión sobre el que era hasta ahora el verde. Eso repartiría la carga, pero de momento el desbordamiento se evidencia en varios puntos de la ciudad. En otros puntos concretos se denuncia que la posición de los grupos de contenedores ha cambiado, lo que los obliga a recorrer más metros para dejar sus bolsas de basura. Algo que ocurre –por ejemplo–en la zona de la Estación de Ferrocarril. Entienden los vecinos que desde las administraciones también se deben favorecer las condiciones para gestionar el tratamiento de los residuos.