Bajo el subsuelo de la calle Doutor Tourón estiman que podría haber hasta 10.000 litros de gasóil. Los vecinos del edificio afectado por este vertido incontrolado de combustible recibían esta misma semana un amplio dossier con posibles actuaciones a realizar, pero que todavía están a la espera de las autorizaciones necesarias de la Xunta de Galicia. Mientras tanto, su paciencia se agota. Ayer mismo – y tras las intensas lluvias de las jornadas pasadas– volvía de nuevo el infierno. Las arquetas del garaje empezaron de nuevo a desbordar inundando la planta baja del sótano, algunos trasteros y dejando un olor nauseabundo por todo el edificio. Ante el temor de que el nivel del carburante mezclado con agua siguiese subiendo los vecinos volvieron a llamar de urgencia a una empresa que se encargó de drenar el líquido. “Llevamos gastados sobre 30.000 euros en un problema que no hemos generado nosotros, pero que nos afecta directamente de forma grave”, explican. Y es que esta pesadilla les dura ya desde el mes de marzo sin que se haya avanzando en su solución “prácticamente nada”.

En ese dossier elaborado por una empresa especializada se estima que para determinar en dónde está el origen del problema habrá que realizar varias catas en el subsuelo. “Solo en el garaje, en la parte que corresponde al edificio serían unas 60”, explican los afectados. Esta misma operación habría que realizarla en la propia calle Doutor Tourón, dado que se demostró que este vertido de gasóil no era algo particular, sino que también estaba presente en la red pública municipal.
 

Recuerdan los afectados que “no fue hasta que se vio claramente que nosotros no teníamos la culpa, que en el edificio ni siquiera tenemos gasóil, y que estaba afectando a la red municipal que el Concello decidió actuar. Antes se lavaron las manos”.
 

Bien es cierto que cuando esta comunidad de propietarios hizo público el problema la primera respuesta por parte del gobierno municipal fue la de que era “un asunto particular”, lo que motivó malestar entre los afectados. Ya más tarde, cuando apareció el carburante en la red municipal, fue cuando se anunció que se echaría mano de una empresa especializada para intentar llegar a una solución. “Llevamos así desde marzo, esto es desesperante”, explican. De hecho entienden que hasta al menos 2023 no habrá avances.
 

Lo cierto es que los operarios llamados por la comunidad de propietarios para extraer el gasóil trabajan ayer de forma intensa por la tarde. Hasta el lugar se desplazaron agentes de la Policía Local alertados por un vertido en el río de O Con que, visualmente, parecía proceder de la zona de Fexdega. “Aún así elaboraron un informe y nos recordaron que el camión no tiene permiso para estar aquí”, lamentan los vecinos.