La Fundación Galega contra o Narcotráfico reclama más protección y la regulación de la figura del confidente y de los agentes encubiertos, presentes en las operaciones contra las mafias de la droga. Son dos de las propuestas que se incluyen en la veintena de medidas que el colectivo que preside Manuel Couceiro presenta ante las Cortes y que se debatirá en el Congreso de los Diputados.
 

Frente a una legislación que consideran, en muchos casos, “excesivamente garantista”, la FGcN ve necesario proteger las investigaciones policiales, para evitar que la dicho proteccionismo las eche por tierra en sentencias judiciales. 
 

“Siempre con el máximo respeto para el estado de derecho, parece evidente que el derecho al la salud y a la seguridad de miles de ciudadanos debe prevalecer sobre el de la privacidad de las investigaciones de narcotraficantes investigados”, señalan en un documento que elaboraron de la mano de diversos expertos.
 

En este sentido, reclaman reducir los requisitos legales necesarios para la autorización de escuchas; proteger al agente encubierto frente a “nuevas regulaciones que amenazan esta figura” y la de los testigos protegidos, extendiendo dicha custodia a familiares y allegados.
 

En cuanto al confidente, destacan en el documento que pese a facilitar “numerosas e importantes investigaciones” es una figura que “no dispone de una regulación legal que aporte seguridad y certeza jurídica tanto a las fuerzas del orden como a quienes aportan la documentación”.
 

Por otra parte, desde la Fundación consideran “inadmisible” que los métodos de trabajo e “inteligencia policial” se detallen durante los juicios y “se informe sobre ellos a los abogados de los delincuentes”.

Evitar la multireincidencia

El gerente de la entidad, Fernando Alonso, incide en la necesidad que los cambios legislativos sirvan de muro para evitar la multireincidencia, que durante las operaciones recientes está quedando al descubierto en O Salnés.
 

En este sentido, la FGcN propone agravantes para los reincidentes, pero también establecer un criterio para fianzas acorde al patrimonio de los narcotraficantes. “A veces están en la calle pagando 30.000 o 50.000 euros. Para ellos no es difícil. Se les interviene dinero en efectivo por muchísimo más valor”, incide Alonso. Defienden también que, para multireincidentes se estudie la posibilidad de favorecer la prisión condicional.
 

Pero la Fundación también hace hincapié en la lentitud judicial. Procesos que llegan al banquillo muchos años después de las detenciones. “Hay que evitar la barra libre de recursos”, dice Alonso, que pone como ejemplo el juicio del Karar.
 

Otras medidas que plantean en el ámbito judicial pasan por aumentar las penas por el tráfico de sustancias “que no causan grave daño a la salud”; suprimir, de hecho, esta acepción “porque no refleja la realidad de los daños que el consumo de dichas sustancias puede ocasionar”; aumento en los casos más graves; regular de forma más restrictiva la concesión de beneficios penitenciarios y del régimen de tercer grado para reincidentes y regular penalmente las figuras de los “colaboradores necesarios”: El suministrador de combustible para embarcaciones (llamados petaqueros) y el programador de software encriptado.

Nuevo modelo de ocio

No solo son medidas en el ámbito de la legislación, la Fundación también hace hincapié en el ámbito social. Para ello, pide en primer lugar que políticamente el asunto “no se tome como una prioridad, sino como una máxima prioridad”, dice Alonso. Recuerda el gerente del colectivo que los cargamentos de droga “llegan para abastecer mercados” y pone de ejemplo el del narcosubmarino de Vilaxoán, que apareció vacío y la droga se perdió de vista. “Debemos replantearnos el modelo de ocio que tenemos, en el que se exalta y entroniza el consumo”, apunta Fernando Alonso, que también cree que la “percepción de riesgo” se perdió y es necesaria “recuperarlo”.

Frente a esto, la entidad lleva a cabo un intenso trabajo de sensibilización, poniendo en marcha actividades para las etapas más tempranas, como Saudarte, los torneos deportivos o las rutas a pie.
 

“O obxectivo é que os rapaces, desde pequeniños, vaian asumindo unha linguaxe de erradicación de métodos que non son saudables”, señala el presidente de la FGcN, que pretende  así ofrecer un ocio alternativo y regular para que “eles se vistan de ferramentas para saír do mundo dos porros e os botellóns”. Es un trabajo paso a paso. “É como unha choiva fina que vai calando pouco a pouco”, describe Manuel Couceiro Cachaldora.

La violencia como método

Pero la Fundación también advierte en el documento del “incremento notable de la violencia”, con el aumento del asentamiento de bandas criminales, especialmente de Europa del Este, Marruecos y América Latina, “que se unen a las locales, aportando una cultura de extrema violencia”. “Llevamos tiempo señalándolo”, explica Fernando Alonso, que incide en que las propuestas que debatirá el Congreso “no son recetas mágicas ni soluciones inmediatas, pero sí necesarias”. La pérdida del principio de autoridad es otro concepto en el que insiste la FGcN, aún conscientes de que en Galicia por el momento la situación no es tan brutal. “Fai falla un plan para que non vaiamos polo camiño de Gibraltar. Entre a loucura e a cordura hai un paso”, señala Manuel Couceiro.

El paquete de medidas también recoge la situación de los narcopisos, que tantas protestas vecinales generan. Ven necesario desde la Fundación una mayor atención al menudeo, pero también más concienciación social para que no solo preocupe el problema cuando estalle a las puertas de casa. El plan ya fue presentado a diputados y al subdelegado del Gobierno, Abel Losada. También reclama un Plan Especial contra el Narcotráfico en Galicia.