La Ría de Arousa desafió a todos los fenómenos metereológicos e hizo temblar Compostela. Entre las decenas de miles de personas que llenaron la Praza do Obradoiro, mariscadoras, rañeiros, bateeiros y parquistas, desde O Barbanza hasta O Grove, mostraron su fuerza para reclamar, ni más ni menos, que el futuro de su medio de vida: El mar que sirve de sustento a cientos de familias y cuyos productos convierten a Arousa en sello de calidad en cualquier parte del mundo.

“Somos os netos, os fillos, os sobriños dos mariñeiros”, explicaban poco antes del comunicado, que se hizo esperar para unir el inicio y la cola de la manifestación. El temor es que la línea no siga en descendente. “A pancarta que máis me doe é a da miña filla”, señaló María Porto, presidenta de las mariscadoras de a pie de Carril. “Yo soy el relevo generacional y no viviré del mar”, decía el cartel en cuestíón.
 

Para evitar este negro futuro, cofradías, agrupaciones de a pie y de a flote, organizaciones de mejilloneros, asociaciones de mariscadoras o colectivos ecologistas, con la PDRA a la cabeza, salieron en marcha. “Xunta, escoita, o mar esta en loita”, proclamaron por las calles de Santiago, respaldados por miles de personas y una amplia representación política.

Piden un estudio interdisciplinar

Aunque el “Prestige de guante blanco”, como llamaron a los pellets, fue “a gota que colmou o vaso”, lo cierto es que el malestar ya lleva años de resaca en Arousa. “Antes de que chegara a marea de pellets, o noso mar xa estaba danado, leva moitos anos enfermo dixerindo toneladas de contaminación, augas residuais, verteduras da autestrada mundial das mercadorías, que son os océanos”, leyó Porto el manifiesto, que apoyan más de 125 colectivos de toda Galicia. Reclaman, entre otras cosas, un estudio interdisciplinar; un plan de saneamiento integral; un plan de regeneración de los bancos; cobertura económica a todo el sector y regulación del protocolo de desencoros. Y larga vida a la Ría.