Larga reunión la de la Mesa Local de Comercio de Vilagarcía reunida para abordar fundamentalmente el futuro del mercadillo de la ciudad. El órgano consultivo –en el que no hay representación de los vendedores ambulantes– planteó la posibilidad de que los puestos vuelvan a ocupar la zona de la Praza do Castro. Una ubicación en la que la venta estuvo durante muchos años, pero que se rechazó tras los últimos cambios organizativos. La intención es que los puestos puedan colocarse ahí y también en el interior de A Peixería, al estar este inmueble infrautilizado en la actualidad.
No son los únicos dos emplazamientos que barajan desde la administración local, que entiende que el mercado debe ir aparejado de forma indisoluble a la Praza de Abastos. De hecho en ese punto hay un consenso absoluto y se plantea la explanada trasera de la Praza da Verdura como buena alternativa. ¿El problema? Que durante unas semanas este espacio va a ser empleado por Augas de Galicia para las obras del tanque de tormentas en Valle-Inclán. Una ocupación que, recuerdan desde el Concello- va a ser temporal. Una vez terminada la intervención este espacio se dedicará definitivamente y con carácter estable al mercadillo.
Eso sí, si los puestos se trasladan de nuevo a la Praza do Castro habría que ordenar los horarios de montaje y desmontaje, dado que el único acceso posible a la zona es desde la Praza Doutor Carús.
Lo que está claro –y en contra de lo que piden los vendedores ambulantes– es que el mercadillo desaparecerá de las zonas peatonales. La Mesa Local de Comercio rechaza la ubicación de puestos en la calle Castelao y, además, respalda la propuesta del gobierno local de retirar los que hay a día de hoy de Arzobispo Lago. Una medida que ya en su día no convencía a los comerciantes de Zona Aberta y que generó cierta suspicacia.
También se descarta por completo la retirada de los vehículos de motor de la calle Alexandre Bóveda durante las horas que duran los mercadillos. El gobierno municipal entiende que la venta no puede condicionar la movilidad de toda la ciudad.
El BNG insiste en retirar los coches de Alexandre Bóveda o en sacar los puestos de esa calle |
El BNG de Vilagarcía –presente al igual que otros partidos en la Mesa Local de Comercio– expuso tras el largo encuentro su propuesta para la reestructuración del mercadillo. Los nacionalistas insisten en su postura contraria a la convivencia de los puestos ambulantes con el tráfico rodado en la calle Alexandre Bóveda (justo por delante del Mercado de Abastos). Señalan al respecto que, una vez que quedó clara la postura del gobierno de no cerrar esa calle al considerar que se generaría un caos circulatorio, lo ideal sería “que se retiren os postos ambulantes aí colocados e se proceda á súa reubicación a través do estudo que se levará a cabo para a consecuente reestruturación do mercado”. Cree el Bloque que con esta iniciativa, además de ganar en seguridad vial, también se recuperarían plazas de aparcamiento para la Praza de Abastos, regulando esta zona con un límite horario y permitiendo así la rotación de los vehículos para carga y descarga. El Bloque también puso sobre la mesa la petición de que el Concello saque una línea de subvenciones para garantizar una estética común en todo el mercadillo a través de, por ejemplo, los toldos y contribuir así a hacerlo más atractivo. El BNG defiende el atractivo del mercado ambulante de la ciudad e insiste en que no se entiende otra ubicación que no sea en el entorno del Mercado de Abastos y para que pueda así recuperar la referencia para la clientela que tenía en tiempos pasados. |
Tras la reunión el Concello expuso que la intención ahora es la de tratar de acordar una distribución que satisfaga los intereses de todos, incluidos los de los vendedores ambulantes. La intención del ejecutivo es reunirse con ellos en los próximos días. A mayores la Mesa Local de Comercio se reunirá de nuevo dentro de 15 días para analizar las diferentes propuestas sobre la reordenación y tratar de buscar una solución. En lo que todos los actores en este conflicto parecen estar de acuerdo es en la necesidad de darle un nuevo aire al mercado de los martes y los sábados, dado que este se ha ido apagando en detrimento de otros –como el de Cambados– que ha ido creciendo tanto en vendedores como en clientela.
El número de puestos ha bajado respecto a hace tres años y muchos culpan a la última reorganización de su decadencia. De ahí que ahora se busque una solución que no sea un parche, sino que sirva para dinamizar la venta ambulante de los martes y los sábados de forma permanente. Algo que, a juzgar por la posición de los vendedores, no va a resultar nada fácil.