La sección primera del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia confirma las penas de entre siete y ocho años y medio de prisión para tres vilagarcianos que movía droga a través de paquetes de correo. En una oficina de la localidad, uno de ellos recogía mediante este tipo de transporte las sustancias químicas precursoras, con las que se elaboraba la droga.
Hasta cinco paquetes fueron recogidos por uno de los condenados, uno de ellos cuando la Guardia Civil ya les pisaba los talones. Ocurrió entre enero de 2020 y septiembre de 2021 y los hechos llegaron a la Audiencia Provincial de Pontevedra en febrero de 2024.
Uno de los tres condenados, con antecedentes penales por tráfico de drogas, era el encargado de recibir los paquetes, que contenían acetona, amoníaco, metiletilcetona o ácido bórico, entre otras. Por todas ellas se pagaron entre 1.500 y 2.400 euros.
La red, según explica la sentencia de la Audiencia, que ratifica el TSXG, poseía una serie de inmuebles y garajes para guardar las sustancias estupefacientes, así como varios vehículos, uno de los cuales utilizaban para los traslados de la droga.
Precisamente en este Opel Astra viajaba uno de los condenados (otro de ellos iba en un coche lanzadera) cuando fue interceptado a la fuerza por la Guardia Civil. Sin embargo, en un primer registro los agentes no lograron encontrar la droga. Fue a través de una llamada en la que el acusado que recogía las paquetes explicaba que tres kilos, que creía incautados, eran suyos, cuando procedieron a localizar de nuevo el coche y hacer otro registro.
En esta ocasión, sí encontraron, en un hueco tras el panel del reposabrazos del asiento trasero del lado del conductor, tres paquetes, que una vez analizados resultó que contenían tres kilos de cocaína.
Es entonces cuando se desencadenan los registros en los domicilios y en los trasteros que la red tenía alquilados, donde los agentes localizan sustancias químicas para el corte, básculas de precisión, anotaciones, máquinas de envasar, un puño americano, una pistola semiautomática, otra detonadora, una escopeta de cañones yuxtapuestos y un rifle. Además, en el último paquete recibido por uno de los condenados llegaron dos defensas eléctricas y un spray. Por todo ello, dos de los acusados fueron condenados por tráfico de drogas y por tenencia ilícita de armas, mientras que un tercero solo sería penado por el delito contra la salud pública, con una pena de siete años de prisión. Para los otros dos, entre los que se encuentra el principal investigado, la condena es de ocho años y medio de prisión. Las multas para los tres son de 1,1 millones de euros. Los recursos de la defensa merecen para el TSXG los calificativos de “ficción juríica”, “exótica petición” o, directamente, “bulo”.