El proyecto del Partido Popular firmó el domingo una victoria incuestionable en la capital arousana. Los conservadores ganaron en todos los barrios y parroquias de Vilagarcía, excepto en Vilaxoán, en donde el BNG se llevó el mayor número de apoyos. Los nacionalistas también lograron superar a los conservadores en una mesa en A Escardia, otra en San Roque, una tercera en O Piñeiriño y otra en el Auditorio. El PSOE no logró superar a los nacionalistas en ninguna de las secciones, ni siquiera en aquellas en las que históricamente contaban con un apoyo de simpatizantes y militantes, como puede ser Trabanca Badiña, Carril o el citado Vilaxoán. 

El PP ganó votos respecto a los atípicos comicios de julio de 2020 (en plena pandemia del coronavirus) y las papeletas que aumentaron los nacionalistas fueron, en casi todos los casos, a costa de la pérdida sufrida por los socialistas. La noche electoral fue larga –pese a la rapidez en la que se fueron dando los resultados oficiales– en las sedes de los principales partidos. Alegría en el PP al ver los primeros datos, tristeza en el PSOE por el importante batacazo y alegría y decepción al mismo tiempo en el BNG por una subida histórica, pero insuficiente para sacar al PP de la Xunta.

Los feudos

Lo cierto es que a los votantes vilagarcianos no les pesó el hecho de que en la ciudad gobierne desde hace ya tres mandatos un alcalde socialista. La lectura del comportamiento de los votantes a nivel autonómico es diferente. Por eso el PP ganó tanto en sus feudos habituales –como puede ser la mesa de la Casa da Cultura o A Laxe– y también en otros que en comicios locales suele llevarse la izquierda. La participación – de un 65,12 %, ocho puntos más que en 2020– creció en todas las áreas de la ciudad y esta benefició a los conservadores. El BNG, por su parte, duplicó los apoyos en prácticamente todas las secciones y lo hizo a costa de los socialistas.

En el entorno urbano la participación subió casi diez puntos. Así pues en A Escardia, Auditorio, Casa da Cultura, Anexo A Lomba, San Roque y Fexdega el apoyo a los conservadores fue total. Lo mismo en el ámbito periurbano –con una participación del 64,8 %– con los conservadores ganando en el Cotarelo, O Piñeiriño, Arealonga, A Lomba y Carril. La única excepción, Vilaxoán.

En el entorno rural la participación de los votantes fue de un 66,3 % y con victoria tambien destacada para el PP.

Por muy poco, pero Sumar logró finalmente ser la cuarta fuerza en Vilagarcía con medio millar de apoyos. En una mesa del Auditorio fue donde logró el máximo de papeletas, un total de 25. Vox aumentó en apoyos respecto a las autonómicas de 2020. En aquel entonces arrancó en Vilagarcía un total de 295 votos y ahora el domingo casi logró duplicarlos con 451 vecinos eligiendo su papeleta. Su mejor resultado lo obtuvo en A Laxe –con 23 votos– en Faxilde con 18 en una mesa y otros 18 en Arealonga.

El partido animalista Pacma logró superar a Podemos en votos. Cabe recordar que hace cuatro años los violentas se presentaban en coalición bajo las siglas En Común-Podemos, sin obtener representación en el Parlamento gallego, pero 843 papeletas en la capital arousana. Ahora solo han sido 83. Pacma por su parte logró cosechar 96 votantes, obteniendo algún apoyo prácticamente en todas las mesas. 
Respecto a las municipales del pasado mes de mayo el PP sumó casi 2.500 votos más, mientras que el PSOE perdió justo la mitad de los apoyos. El bloque los triplicó. Bien es cierto que, como se ha dicho anteriormente, la clave local es muy diferente a la de unas elecciones autonómicas, con otros factores en juego.