Situación nada optimista la que augura este primer cuatrimestre del año en la Ría de Arousa. Cuando el sector pensaba que los datos de 2024 –con el libre marisqueo cerrado a la extracción y después de un invierno muy duro en cuanto a precipitaciones– no podían ir a peor las cifras de 2025 se presentan todavía más negativas. La cantidad de producto pesquero y marisquero que pasó por las lonjas arousanas desde el 1 de enero no llega a los cinco millones de kilos, prácticamente la mitad que el mismo período de 2023. Según los datos oficiales de la Xunta de Galicia –a través del portal Pescadegalicia.gal– la facturación en este 2025 a día de hoy es de 16,9 millones de euros. Menos, en todo caso, que los más de 17 de hace justo un año.
En todo caso es el peor dato tanto en facturación como en kilos de los registrados en el último lustro. En 2021 las lonjas arousanas en este mismo período temporal habían procesado 7,3 millones de kilos de producto y firmado una facturación que superaba con amplitud los 19 millones de euros. Cifras que a día de hoy suenan a imposible, como así se ha reconocido en más de una ocasión desde las diferentes cofradías de la Ría.
Desde el arranque de este 2025 el 87% de la producción que se ha registrado en la Ría de Arousa procede de la lonja de Ribeira. El resto de las cofradías han bajado notablemente el número de kilos. Los casos más destacados son en A Illa, que en el mismo período de 2024 había triplicado ya la producción de esta anualidad. Esta misma rula comparando los datos con 2021 en aquel entonces sextuplicaba el número de kilos. Es, con diferencia, la lonja que más cae al depender prácticamente en su totalidad de una producción marisquera que está en cuidados intensivos.
La facturación aguanta más o menos el tipo debido a que, al haber menos producto a la venta, los precios son más elevados. Eso sí, el propio sector augura que la situación no va a ser sostenible mucho más tiempo.
Cabe recordar que el libre marisqueo cerró la extracción a finales del mes de marzo. Fue de forma oficial, dado que en la práctica eran muy pocos los barcos que acudían a la zona de O Bohído. A Os Lombos, de hecho, solo se fue la primera semana para constatar que no había marisco de talla comercial.
Es precisamente este asunto el que, en sus concesiones, lastra a los rañeiros de la Cofradía de Vilanova, que ven como posiblemente no podrán volver a faenar hasta los meses de verano. Hay almeja, pero no alcanza las medidas. Una caída de la producción que no es nada nuevo, sino que es evidente y agónica desde hace años.