El visto bueno que Medio Ambiente dio a la planta de reciclaje de conchas marinas que una empresa proyecta poner en marcha sobre una parcela anexa al polígono de O Pousadoiro, en Cea, no es el único trámite que los promotores tienen que realizar ante la administración.
No solo la municipal, sino también la autonómica, tendrán que conceder permisos para que la obra pueda llevarse a cabo.
Para empezar, la planta precisa de una autorización de Patrimonio, ya que se encuentra en una zona de influencia de mámoas.
El proyecto, promovido por Reciclaje e Innovaciones Marinas, contempla la creación de una nave industrial de mil metros cuadrados, donde se realizará el embolsado y el almacenamiento de conchas marinas en la finca conocida como Pinar de Centeira, con una superficie de unos 54.188 metros cuadrados.
La zona, que linda en la parte trasera con el polígono industrial, está en las inmediaciones de un área de mámoas, por ello Medio Ambiente consultó a Patrimonio.
En cualquier caso, lo que se presentó ante las administraciones es un proyecto de viabilidad, no de obra.
Por ello, la Dirección Xeral de Patrimonio concluye que “á vista da consulta formulada sobre a construción e nave, desde o punto de vista do patrimonio cultural, non habería incoveniente en dita actuación, non obstante, para a súa autorización pola Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, deberá remitirse o correspondente proxecto de obra a través do Concello”.
Asimismo, y en función de la zona definitiva en la que se implante la nave, que se dedicará al reciclaje de conchas, Patrimonio señala que “é posible que se teña que realizar unha actuación arqueolóxica previa ou en paralelo ás obras”.
Así las cosas, la empresa cuenta con el informe de impacto ambiental favorable para su proyecto de viabilidad, pero todavía tiene que presentar uno de obra en el que efectivamente se recogan todos las medidas anunciadas para reducir los efectos sobre el paisaje. También contemplan medidas contra malos olores.