Ezequiel Rey es profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación y Deporte de la Universidade de Vigo, donde se licenció y realizó un Doctorado sobre la Educación Física aplicada al fútbol. Fuente inagotable de conocimiento y referente para numerosos preparadores físicos que fueron sus alumnos, este grovense de 38 años aficando en Vilagarcía ejerció de preparador físico en el Arosa que ascendió y se consolidó en Tercera División. Ahora compatibiliza docencia e investigación, campo en el que destaca con varios trabajos publicados en revistas científicas de prestigio mundial. Voz autorizada en la ciencia del deporte sigue empapándose de conocimiento y disfrutando de becas como la que le llevó en el año 2018 varios meses a la California State University en Los Ángeles, donde en principio tenía que repetir el próximo mes de junio, pero ahora es una incógnita. Ezequiel Rey nos atiende para arrojar luz sobre actividad y ejercicio físico en tiempos de confinamiento.
¿En qué proyectos andaba metido cuando estalló esta crisis sanitaria??
Por un lado estaba con las clases, que seguimos teniendo porque la Universidad de Vigo cuenta con una plataforma de docencia con grabación y emisión de clases online, lógicamente no es lo mismo que las clases presenciales, sobre todo la parte práctica, pero más o menos seguimos adelante con la formación y asignaturas en nuestro Grado. Y por otra parte estamos trabajando en el desarrollo de un proyecto que me concedió la agencia estatal de investigación el pasado año..
¿En qué consiste?
En el diseño y validación de una herramienta informática, fundamentalmente pensada para dispositivos móviles y tabletas por la portabilidad, destinada al profesorado de Primaria para que puedan evaluar en poco tiempo y de manera fiable lo que denominamos como habilidades motrices básicas: las acciones motrices que las personas vamos aprendiendo, sobre todo en edad de etapa primaria, como correr, saltar, botar y lanzar una pelota, trepar, gatear...Hoy en día sabemos que el grado que adquieren los niños de esas habilidades va a condicionar los estilos de vida que van a tener en edad adulta. Los estudios nos dicen que los niños que desarrollan peor sus habilidades motrices en etapa de educación primaria, cuando son adultos son más pasivos, tienen un índice de masa corporal menos saludable y tienden a porcentajes de obesidad superiores a las personas que cuando eran niños desarrollaron mejor sus habilidades.
Trabajo en un proyecto para evaluar habilidades motrices de los niños
Parece un reto apasionante...
Es un proyecto bonito, dirigido a la infancia y a la mejora de la salud. Nos lo concedió el Ministerio de Ciencia Innovación y Universidades. Soy el investigador principal junto a Cristian Abelairas de la Universidad de Santiago. A partir de septiembre u octubre queremos empezar a utilizar esta herramienta en los centros escolares. A través de una evaluación exhaustiva de muchísimos niños de entre 6 y 12 años de Galicia y otras Comunidades, ya que estamos pendientes de firmar un acuerdo de colaboración con la Gasol Foundation, trazaremos las curvas de desarrollo de la motricidad de niños y niñas en cada una de las habilidades, para después poder clasificar a cada niño en función de percentiles y así saber si es necesario mejorar o no sus habilidades motrices básicas para que en el futuro tengan una probabilidad mayor de ser físicamente activos y mejorar así su salud.
En la situación actual de confinamiento, ¿qué pautas deben seguir los niños desde el punto de vista del ejercicio físico?
Depende mucho del entorno en el que estén confinados, no es lo mismo vivir en una casa con espacios como jardín o huerta en el que pueden practicar cualquier actividad o juego, que hacerlo en un piso como es el caso del 80% de la población. Mi recomendación fundamental es tomar en consideración las tareas que suministran los profesores de Primaria y Secundaria, que se basan en el nivel que estaban haciendo y en el nivel de acondicionamiento físico que tienen los niños. Ofrecer algo de manera genérica es insensato e irresponsable porque, aparte de los padres, los que más información tienen del estado de desarrollo físico de los niños son sus profesores de Educación Física. Por suerte esta crisis nos ha llegado tras cinco o seis meses de curso académico, no en la primera semana cuando sería mucho más complicado tener una visión general con cada uno de los niños.
En estos días de pandemia se habla también de la relación entre el sistema inmunológico y el ejercicio físico, ¿qué nos puede decir de este asunto?
En nuestro ámbito tenemos una revista especializada que investiga la relación entre hacer deporte y la respuesta de nuestro sistema inmunológico. Existen varias recomendaciones básicas, más si cabe en un momento de confinamiento con el riesgo de infección que tenemos de un virus para el que no existe vacuna. Imaginemos que trazamos una línea horizontal del grado de actividad que pueda tener una persona, que va desde la inactividad absoluta hasta la actividad que pueda tener un deportista profesional.
Los estudios científicos nos dicen que la mejor respuesta del sistema inmunológico se produce en ejercicios físicos de moderada intensidad. Ser inactivo es contraproducente y ser extremadamente activo en esta situación puede acarrear adaptaciones negativas dentro del sistema inmunológico. Es contraindicado entrenar más de lo que se entrena normalmente en este caso. Aquellos que entrenaban con relativa frecuencia, dos o tres veces por semana o más, la recomendación es hacerlo ahora, si es posible, al 80 % o menos de lo que venían haciéndolo. Por ejemplo, alguien que tenga una cinta de correr en su casa y lo hiciese normalmente al 90 % de su frecuencia cardiaca máxima, la recomendación nos dice que en este caso debe bajar al 80% o menos.
Esas habilidades condicionarán sus estilos de vida y su salud cuando sean adultos
Aunque esto conlleve una pérdida del estado de forma...
Irremediablemente el nivel de carga de entrenamiento se va a reducir, pero lo importante es el equilibrio que vamos a ser capaces de establecer entre no perder mucha forma deportiva y tampoco arriesgarnos a que las defensas se debiliten por querer entrenar más. Las recomendaciones son no asumir cargas de entrenamiento máximas o próximas al máximo, porque distintos estudios han demostrado que la respuesta inmunológica empeora y somos más susceptibles de sufrir infecciones.
Esto es muy interesante porque con el confinamiento, pese a las limitaciones de espacio, las personas disponen de mayor tiempo libre para hacer ejercicio y se puede caer en un cierto sobreentrenamiento...
Podría suceder que alguien que era moderadamente activo porque su jornada laboral solo le permitía llegar ahí, ahora con más tiempo y herramientas quiera invertir más en entrenar. En ese caso no estaríamos siguiendo las recomendaciones que nos dice la ciencia en el deporte. No hay estudios sobre el COVID 19, pero sí autores de referencia en el ámbito del ejercicio físico y el sistema inmunológico que han lanzado sus recomendaciones para entrenar en esta situación de exposición a un virus desconocido.
Aparte de rebajar la intensidad y volumen de entrenamiento en torno o por debajo al 80 % para deportistas que entrenasen asiduamente, otra de las recomendaciones de autores importantes en este campo nos dicen que, en caso de pasar por un período febril, debemos anular el entrenamiento al menos hasta 14 días después de la desaparición de la fiebre, porque si antes de ese plazo asumimos cargas de entrenamiento moderadas o altas podríamos empeorar todavía más el sistema inmunológico. .
Existen muchos intereses en poder retomar cuanto antes ,una vez controlada la pandemia, las competiciones, sobre todo las profesionales para poder finalizar la presente temporada. Tras mes y medio o dos meses de confinamiento y desde el punto de vista físico ¿qué período de adaptación necesitarían los deportistas para volver a competir?
Teniendo en cuenta los modelos de planificación que hay hoy en día en deportes como el fútbol o el baloncesto, para un deportista profesional de esas disciplinas el tiempo que va a estar en confinamiento podría ser similar al de una postemporada o período vacacional. A partir de ahí podemos contar entre cuatro o seis semanas de pretemporada, o más, para buscar esa puesta a punto. No voy a decir que sea necesario en este caso, primero porque sería inasumible si quieren completar los calendarios competitivos.
Y además la temporada no ha concluido, por lo que la fatiga acumulada no es tan grande ahora en marzo como la que sería en mayo en una temporada normal. Sí es cierto que inmediatamente después del confinamiento, con lo que los jugadores y jugadoras hayan podido hacer en sus casas debido a sus limitaciones, competir sea la peor opción pensando en la integridad de los jugadores, tanto a nivel del sistema inmunológico como de las lesiones.
No sé como lo van a gestionar en las ligas profesionales, pero dudo mucho que puedan competir sin riesgo de una oleada de lesiones sin haber realizado una preparación previa específica.
Para esas personas de avanzada edad acostumbradas a pasear, ¿qué consejos le da desde el punto de vista de la actividad física durante el confinamiento?
Tratar de reproducir esas caminatas sería fantástico, pero no sé hasta que punto eso es factible desde el punto de vista psicológico. No es lo mismo caminar por el paseo desde Vilagarcía a Carril que hacerlos en tu casa. La recomendación es tratar de mantenerse activo con las actividades cotidianas, esto son labores del hogar, cocina, en el patio o la huerta...como venían haciendo antes. Desde el ámbito profesional de la ciencia en el deporte sí podríamos indicar que sumarnos ahora en torno a la redes sociales, de esos precursores de ejericios sin supervisión que además nunca hemos hecho, no es lo más recomendable. Eso de las clases online cuando no vamos a tener la prescripción adecuada de la carga y no nos vamos a corregir exactamente los ejercicios es arriesgado. Tratar de ser activos ahora cuando antes no lo éramos está bien con la dosis, la supervisión y los ejercicios adecuados, pero esto en una situación de confinamiento no es demasiado viable.