“En algún momento me sentí menospreciada por mi partido, pero me voy orgullosa del trabajo hecho”

“En algún momento me sentí menospreciada por mi partido, pero me voy orgullosa del trabajo hecho”
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A Catalina González no le resulta fácil despedirse del Concello de Sanxenxo. En unos meses cumplirá medio siglo de vida, del que las dos últimas décadas han estado vinculadas al Partido Popular, una siglas que le han permitido dirigir el Gobierno local durante las dos últimas legislaturas pero que también le han supuesto algún sinsabor. Dice haberse sentido “menospreciada” en algún momento, pero se va “orgullosa del trabajo realizado”. Reconoce que a partir de ahora tendrá que aprender a vivir “día a día”. Y lo hará al margen de la política y sin el apoyo del PP.

¿Cómo valora el resultado de las elecciones?
Los vecinos nos han dado un aviso importante y un mensaje claro. No quieren mayorías absolutas y lo que quieren es que los políticos seamos capaces de sentarnos a hablar y llegar a acuerdos.

¿Qué sería mejor para Sanxenxo: un cuatripartito, un bipartito o un gobierno en minoría?
Voy a defender siempre un gobierno en el que el PP pueda tener las riendas, pero el mejor para Sanxenxo será, sin duda, el que sea capaz de conformar el mejor programa y llegar a acuerdos ventajosos para los vecinos.

¿Su vida se desvincula el día 13 del PP?
No se lo que va a pasar. Empieza una vida nueva que tengo que aprender a enfocar, fuera del Concello y de la política. Trabajaré en otros proyectos, ya definidos, que no tienen nada que ver con lo que he venido haciendo os últimos 20 años.

¿En qué sector?
No voy a desvincularme del turismo, ni de la gestión de la calidad, por lo que posiblemente lo que haga tenga que ver con la hostelería.

Y tendrá que ver con las dos licencias para restaurante aprobadas la semana pasada...
Sí. Tras la reforma de unos locales de mi familia decidí pedir la licencia, pero creo que empezaré de uno en uno.

¿Cómo es su relación con el PP?
Entendido como el conjunto de personas, militantes, votantes y seguidores y el gran equipo que hay en Sanxenxo, es magnífica. Si se refiere a los órganos dirigentes del partido, es de cordialidad pero no muy directa, porque nunca ha existido y no va a surgir ahora.

¿Se sintió siempre valorada por el PP?
No. En 2011, cuando algunas personas empezaron a gestar una lista alternativa y hubo un movimiento social en Vilalonga para hacerlo, creo que el partido dio más peso a las opiniones particulares de algunas personas que a lo que le transmitía su alcaldesa, que además era la presidenta de la agrupación. No solo no me sentí valorada sino que me sentí menospreciada.

¿Y fue capaz de reconducir la situación?
No fue posible. Fue muy decepcionante para mí ver que eramos capaces de llenar el Pardo Bazán de afiliados y simpatizantes de Sanxenxo, que eran una sola voz pidiendo el apoyo del partido a mi candidatura y que se daba más crédito a un grupo de cuatro o cinco personas que estaban en la asamblea y que se vio muy claro que eran minoría, aunque supongo que por detrás tendrían un respaldo de más peso para el partido que todos los demás militantes.

Entre esas personas se encontraban algunos de sus principales apoyos en 2007...
Es cierto. Hay personas que vienen al partido a aprovecharse de lo que les pueda aportar, no para servir al partido. Cuando hay intereses particulares o sectoriales que se intentan defender por encima del interés general, empiezan las dificultades y las discrepancias.
Hay personas en el PP, y creo que es algo que tendríamos que empezar a cortar, que están por detrás manejando los hilos pero que prefieren que la cara la den otros. Y eso se tiene que acabar. Hay que escuchar a quien da la cara y no a quien pretende manejar.

¿Su peor momento en la Alcaldía?
Lo centraría en dos cuestiones: el vivir día a día con los afectados de las preferentes sus dramas, conocer sus historias y la injusticia de que se estaba cometiendo con ellos. Eso si hablamos de un momento puntual. Pero también fue muy duro ver como muchas familias y muchos empresarios vieron desaparecer su mundo tal y como lo conocían. Muchas personas han perdido sus empresas, sus trabajos y lo pasan mal. Estar escuchándolos ha generado momentos duros. La sociedad, tal y como la conocíamos hace ocho años, se ha transformado totalmente.

Eso fue peor que los momentos previos a aquel pleno en el que debía aprobarse la concesión del servicio de recogida de basura?
Sí. De aquello yo me quedo con la constatación de que varios de mis compañeros se equivocaron al pensar que detrás de ese pliego había una intención oscura, cuando lo único que se pretendía era conseguir una nave de servicios en propiedad para el Concello. No pasó nada. Se replegaron velas y se hizo un pliego nuevo. La única consecuencia es que el contrato es menor en el tiempo y seguimos pagando alquiler por la nave de servicios.

¿Y el momento de las imputaciones?
Ese fue durísimo también pero de forma puntual. Nunca pensé llegar a estar en esa situación.Nunca me preocupó profundamentte porque me siento inocente y para nada responsable de ninguna de las cuestiones que se me atribuyen.
Fue duro sobre todo para la familia y quizá tuvo más importancia para mí decírselo a mis padres y a mis hijos, que a ellos escucharlo, que enseguida le restaron importancia.
Pero me hubiera gustado mucho no haber pasado por ese proceso y también que a estas alturas estuviese resuelto.

¿Le molesta dejar la Alcaldía estando imputada?
Muchísimo. Sé que es un precio que hay que pagar por formar parte de la vida pública, pero el impacto mediático fue muy intenso y cuando esto se resuelva será mucho menor. Eso es injusto pero lo que me importa realmente es que se resuelva cuanto antes.

¿Cómo va la investigación?
Bien. Espero que se resuelva pronto. El año pasado, en el mes de noviembre, el secretario y yo solicitamos el sobreseimiento. Con anterioridad lo había hecho la secretaria general de Urbanismo y se resolvió ya a su favor y yo confío que el nuestro también.

¿Otro momento duro fue el de la designación de candidato para estas elecciones?
Durante estos cuatro años he intentado muchas veces hacer el congreso del que saliese un candidato de consenso. Ha sido más bien un momento decepcionante ver que las direcciones del partido no tienen mucho en cuenta la opinión de los alcaldes.
Yo volví a postularme cuando ví que el tiempo pasaba y uno había un candidato claro. Pero no se tuvo ni en cuenta. El PP decidió que tenía que ser Telmo Martín, y tuvo todo mi respeto.

¿Y cuál fue el mejor momento?
Hubo muchos buenísimos, que solo te puede proporcionar este cargo, por ejemplo, en turismo; conseguir retos y objetivos que nos propusimos año tras años. Pero el mejor, sin ninguna duda, fue ser capaz de paralizar la obra a la Consellería de Política Territorial y conseguir que no siguieran sin hacer la conexión con el enlace. Me sentí muy bien de haber conseguido la fórmula jurídica y los argumentos sólidos que hiciese recapacitar al bipartito.

¿Se va satisfecha?
Mucho, y muy orgullosa de estos 20 años de trabajo para los vecinos de Sanxenxo.
He intentado ser coherente entre lo que decía y lo que hacía y solo lamento no haber contado con más respaldo y que se hubiese escuchado a la agrupación local. n

“En algún momento me sentí menospreciada por mi partido, pero me voy orgullosa del trabajo hecho”

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