La conservera Bernardo Alfageme cierra definitivamente su historia al liquidar su administrador concursal la última parte de su patrimonio, la fábrica de Vigo, adjudicada a los bancos acreedores por 11,2 millones de euros al no presentarse más postores a la subasta celebrada ayer en el Juzgado Mercantil 3.
El precio de tasación de la fábrica y de los terrenos colindantes en una finca de 14.355 metros cuadrados era de 35,6 millones de euros.
El secretario de la Federación de Alimentación de la CIG, Xosé Fernández Piñeiro, explicó ayer a los medios que en la subasta de no hubo más postores que los bancos que se han hecho con la fábrica viguesa, Abanca, Popular y Banco de Galicia.
Ahora se abre un plazo de dos semanas por si se presenta un postor que mejore la única oferta en firme. Considera Piñeiro que al existir ahora “un dueño” de la fábrica de Vigo se abre una vía para el centenar de trabajadores pendientes de cobrar una parte, aproximadamente el 60%, de sus indemnizaciones, por un monto global de unos dos millones de euros. Por el momento, solo han cobrado la parte del Fondo de Garantía Social.
El representante de la CIG ha subrayado que estos trabajadores tienen “el derecho moral”, y “está por discutir” si también jurídico, de reclamar parte de las plusvalías generadas con el aumento del volumen de construcción en esa parcela aprobado por el Concello de Vigo, cifradas en unos 26 millones.
La CIG ya ha solicitado a los tres grupos con representación municipal y a la alcaldía que los reciba para pedirles que medien ante las entidades financieras que han comprado la fábrica de Vigo para poder alcanzar un acuerdo económico y completar así sus indemnizaciones.
Piñeiro ha recordado que una parte de la plantilla de Alfageme en Vigo, la mayoría técnicos y administrativos, no se apuntó en su momento a las rescisiones de contratos y se les liquidó con una indemnización de 20 días. Uno de los trabajadores que están pendientes de cobrar parte de sus indemnizaciones, Patricio Muñoz, ha asumido que albergan “muy pocas esperanzas de cobrar nada”.