El análisis realizado en la charla sobre los diez años de vigencia de la Ley de Violencia de Género (LOVG) puso sobre la mesa la necesidad de una modificación con conclusiones como que “considera a la mujer como el sexo débil” y que “no ayuda a que la víctima esté debidamente asesorada para hacer la denuncia”, además de que también es imperioso un cambio en la sociedad.
El acto, organizado por el despacho de abogados cambadés Miguélez y Asociados, pretendía una revisión de la LOVG desde diferentes perspectivas, pero desde una óptica femenina, analizando sus puntos débiles y fuertes a la hora de ponerla en práctica.
hombre y mujer
Para la investigadora Prado Esteban Diezma su fracaso es reconocido y ha sido criticada tanto por juristas españoles como del resto de Europa por su falta de garantías legales y un carácter discriminatorio hacia los hombres. Sin embargo, en lo que más quiso profundizar, es en el poder de influencia y determinación que tiene en la estructura y pensar de la sociedad. Según ella, “afirma el patriarcado puesto que considera a la mujer como sexo débil y por ello sujeto de especial protección y tutela del Estado. Somos tratadas como menores de edad sin soberanía ni capacidad para auto-gobernarse. La imagen de lo femenino que se ha construido hace crecer el machismo en toda la sociedad, pero especialmente entre los y las jóvenes”. De esta forma, Prado se refirió a la ley como “una ley que liquida las libertades civiles pues el Estado vigila y administra las relaciones personales de los ciudadanos”. “Es una ley que viola la libertad de conciencia, somete a la sociedad a un permanente adoctrinamiento, el sujeto, mujer u hombre, vive permanentemente asaltado por las consignas de la ortodoxia sexista, sin silencio para pensar por sí misma, sin capacidad para juzgar desde la experiencia”.
el momento de la agresión
Por su parte, Beatriz Piñeiro Lago, presidenta de Mulleres en Igualdad de Pontevedra, declaró que “desgraciadamente seguimos viviendo en una sociedad machista, y es más, hay mujeres machistas”. En su opinión, “la ley está y hay que cambiarla. No soluciona el día a día de una mujer. Cuando acaba de ser víctima de una agresión no está en condiciones de decidir nada, de qué hacer con su vida. La situación es caótica y todo es tan complejo que la ley no ayuda a que ella esté debidamente asesorada para hacer la denuncia; porque no siempre la inmediatez de la agresión es el mejor momento para iniciar este procedimiento”.
Por su parte, la abogada de Miguélez & Asociados, Beatriz Rodríguez Gómez, destacó que “desde el punto de vista judicial nos encontramos ante un fenómeno complejo en el que es necesario intervenir desde distintas perspectivas jurídicas, que deben abarcar desde las normas procesales y sustantivas hasta las disposiciones relativas a la atención a las víctimas, intervención que sólo es posible a través de una legislación específica. Y es cierto que la normativa actual, civil, penal, publicitaria, social y administrativa presenta muchas deficiencias”. Con todo, indicó que es necesario que toda la ciudadanía conozca la práctica de la ley.